Con el permiso de don Aquiles Córdova Morán y don Juan Manuel Celis Aguirre, uno, el dirigente nacional, guía moral y conductor de la “revolución de los pobres”, el otro, un disciplinado, duro y obediente, dirigente estatal de muchos años de la organización Antorcha Campesina en Puebla, quien por cierto no se le ve públicamente desde hace un buen tiempo.
Hablar de dicha organización, implica de antemano recibir toda clase de amenazas, respuestas ácidas y convertirse en automático en su peor enemigo. Además en nombre de los “pobres y precaristas” siempre se justifican ante la opinión pública de sus acciones políticas.
Escribiré sólo algunas cosas que tengo presentes de está organización, hay más datos en tesis y también en algunos ensayos que se han escrito por algunos sociólogos rurales. Lo cierto es que Antorcha Campesina, se generó y formo en la Universidad Autónoma de Chapingo, sus orígenes son extraños, puesto que hacen una combinación de marxismo, maoísmo y lucha campesina. Crecieron y se arraigaron en el municipio de Tecomatlán en la Mixteca poblana y poco a poco extendieron su presencia en la Sierra Norte.
Sus cuadros profesionales fueron ingenieros agrónomos egresados de Chapingo, con una visión rural diferente a los cuadros de la vieja izquierda y de la propia CNC del PRI. Con una visión de mártires y redentores de los pobres pronto se distribuyeron por muchas regiones poblanas, suplieron a la oposición partidista en vastas regiones marginadas en donde su presencia era nula, organizaron a indígenas y campesinos, se convirtieron en “combatientes” en contra de los caciques regionales y en consecuencia del mismo PRI.
Confrontaron en la Mixteca poblana y en la Sierra Norte a la izquierda de ese entonces (PSUM y PMS), nada querían con esté partido, eran los “puros” y los demás simples revisionistas y “traidores”. Dividieron comunidades, pueblos, rancherías y pasaron a enfrentar a los pobres en contra de los pobres, con posturas sobre ideologizadas. En sus tiempos más álgidos se enfrentaron, tomaron tierras, excluyeron a los indígenas que no coincidían con ellos y practicaron formas muy agresivas.

Como ejemplo: están las confrontaciones en Olintla en aquellos años, cuando expulsaron a Alejandro Encinas y no lo dejaron entrar al municipio. Luego los enfrentamientos en Huitzilan de Serdán en contra de la Unión Campesina Independiente (UCI). En Tecomatlán y Olomatlán enfrentaron a Mario Vélez Merino.
Sus formas de organización y métodos de trabajo político no distaban mucho de Sendero Luminoso. En las regiones y municipios en donde llegaban, arraigaban a sus cuadros, ahí permanecían con la gente y pronto se ganaban la confianza y apoyo de esos pueblos, sobre todo porque en estas zonas alejadas, las injusticias e impunidad era el pan de cada día de la gente pobre.
Con el apoyo del gobierno federal, durante el salinismo, se dice que Antorcha Campesina logró manejar Diconsa, para distribuir productos básicos, poner tiendas y vender maíz barato. Su crecimiento fue brutal, los gobiernos estatales empezaron abrirles sus puertas para gestionar toda clase de apoyos, su acercamiento y alianza silenciosa con el Revolucionario Institucional empezó a dar frutos.
Esté grupo dejó de ser de presión y pasó ha convertirse en una organización política, sirvió para contener a la izquierda legal, lo logró, del mismo modo empezó a ganar municipios y territorios. Nunca quisieron convertirse en partido local, tampoco en otro sector del tricolor, mantuvieron su distancia, el mismo discurso panfletario y su estrategia les rindió muchas ganancias.
Son una organización política consolidada, con bastos recursos económicos, con empresas sociales, autofinanciables, con capacidad para mantener cuadros profesionales, con municipios y con una presencia nacional que le es indispensable al PRI en tiempos electorales.
Hoy han dejado de ser sólo campesinos e indígenas, tienen varios brazos políticos y sociales, han extendido su influencia en varios sectores, fundamentalmente en donde la clientela son los pobres, marginados, precaristas y trabajadores informales.
El liderazgo del ingeniero Córdova Morán, ha sido no sólo importante, es fundamental para mantener la unidad de esta organización. Bajo formas de extrema disciplina, con códigos que sólo ellos conocen, con un pragmatismo frío y con tácticas de lucha que van desde las pintas, desplegados nacionales hasta las marchas y los eternos plantones, han logrado sobrevivir durante varios sexenios y en la mayoría de las veces logran sus propósitos.
Desconozco si en otros estados hacen lo mismo, lo único que puedo comentar es la experiencia divergente con ellos en la Sierra Norte, también observe sus métodos en Oaxaca, Xalapa y el Distrito Federal.
Llevan apoyos a los municipios, les gestionan obras, se divide el PRI y después los ganan. Toman con argucias legales grandes terrenos, hacen juicios de posesión, se instalan, empiezan a construir, organizan colonias y exigen servicios. Afilian a trabajadores y organizaciones de taxistas y ambulantes, los protegen, los asesoran y disputan espacios en varios tianguis del país. Forman y educan a sus propios cuadros en sus escuelas y tecnológicos, lo mismo que en varias instituciones de educación superior.
Hacen uso de las redes sociales, tienen tiempo y espacios en varios medios de comunicación social y sólo les falta tener su propio medio de propaganda antorchista.
Hoy tienen referentes en el Congreso de la Unión, creo que Puebla es el único estado en donde cuentan con dos diputados federales. Mantienen una estrecha relación con la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional, tienen gran capacidad de movilización y son una de las pocas organizaciones políticas que se mantiene estable y consolidada.
Su destino nadie lo sabe, con su habilidad política aprendida por muchos años, lo mismo negocian con el PAN que ahora con el nuevo régimen. Han buscado despojarse de su perfil violento, quieren aparentar que son una organización al servicio de todos los pobres. Tal vez algún día podremos saber la verdad sobre Antorcha Campesina. Por lo mientras y como siempre seguirán en su plantón en el zócalo de Puebla, con contingentes diarios, con comida, música y payasitos, hasta que las “reaccionarias” autoridades municipales cedan a sus presiones.