Como consecuencia del autoritarismo en el que se vive en Puebla, fortalecido por el entreguismo de los Poderes Legislativo y Judicial hacia la figura del Ejecutivo, el día de ayer se concretó el “operativo 2013”, el cual tenía como objetivo principal para el grupo político en el poder absorber el control total de los órganos electorales, los cuales hoy son simples oficinas de trámite, dependientes de las voces de mando provenientes de la Casona de Los Fuertes.
Para el círculo rojo es claro que las renovaciones de los órganos electorales fueron parte de un operativo para colocar a personajes sumisos a las órdenes del Señor de los Cerros.
Como es costumbre, el Congreso del estado en su calidad de poder dependiente fue el encargado de cumplir las indicaciones superiores para ahora nombrar a los nuevos magistrados del Tribunal Estatal Electoral, el cual seguramente ratificará las resoluciones del Instituto Estatal Electoral, el cual fue conformado de la misma forma.
Así las cosas, el morenovallismo tiene armado el tamal, de cara a lo que será la elección de 2013, con una pequeña salvedad: que el Tribunal Federal Electoral tendrá siempre la última palabra.
Es decir, si los excesos que se cometan en la elección local resultan igual de burdos que las acciones que realizan de manera cotidiana en este estado, los resolutivos de los dos órganos electorales locales pueden ser echados abajo por el Trife.
Así que para evitar riesgos, el Señor de los Cerros deberá ser altamente cuidadoso en el momento de definir al que será su candidato a la presidencia municipal.
Un escándalo donde la sospecha de un robo de elección quede en el aire podría complicar aún más los sueños presidencialistas del gobernador.
De ahí que más allá del control de los órganos electorales, el punto medular del 2013 sea la selección del candidato.
Ya Consulta Mitofsky se sumó a la lista de encuestadoras que presentan mediciones sobre los suspirantes a la alcaldía, y con todas las reservas que por su historial en Puebla genera Roy Campos es innegable que los cruces de ésta ponen en un lugar de privilegio a Enrique Agüera quien, para fortuna de los aspirantes azules, tiene puestos los ojos en un cargo federal.
En contraposición, los dos morenovallistas más adelantados son Manzanilla y Gali, o Gali y Manzanilla, como ustedes gusten.
El cuñado del gobernador es más conocido, mientras que el titular de Infraestructura es el de mayor potencial de voto.
¿Por quién se inclinará el gobernador?
Este mediodía, en la comida de cumpleaños de Tony Gali, podría haber nuevas señales.
Iremos, veremos y les contaremos.