El segundo informe del alcalde Eduardo Rivera evidenció los contrastes que existen en la rendición de cuentas entre el estado y el municipio.
 
Mientras a nivel estatal el gobierno morenovallista se caracteriza por la opacidad. Puebla es el municipio más transparente del país.
 
En el mensaje que envió desde la zona de los Fuertes, el alcalde Rivera aseguró que su gobierno practica la transparencia sin regateos para rendir cuentas.
 
Y fue más allá: “La transparencia y la honestidad no se predican, se demuestran. Son valores fundamentales y faros que rigen el actuar de la administración. Hoy somos el primer lugar en transparencia, reconocidos por la revista Alcaldes de México, el Centro de Investigación y Análisis Fundar, por la propia Comisión para el Acceso a la Información Pública del estado, la CAIP y recientemente recibimos la distinción del primer lugar nacional por el Instituto Mexicano para la Competitividad”.
 
Así, o más claro.
 
¿Puede haber gobiernos honestos y eficientes?
 
Fue la pregunta que lanzó el alcalde y su respuesta puntual fue “la honestidad no se negocia en dependencia alguna y específicamente en el cobro de infracciones de Tránsito. Ahí antes había corrupción y solo ingresaban 20 millones de pesos anuales. Después de dos años de mi gobierno ahora ingresan 56 millones de pesos, es decir, un aumento de más de 150 por ciento”.
 
Cuando la gente confía —dijo— participa, se anima y colabora: si tenemos un gobierno honesto y eficiente se pueden dar resultados como los siguientes: Cuando recibimos la administración, se recaudaban por predial 300 millones de pesos. Hoy son 415 millones de pesos anuales, lo que representa un crecimiento superior al 33 por ciento.
 
Cifras y montos que contrastan con el manejo del gobierno estatal, donde todo es opacidad.
 
 
 
Terminó el día de campo
 
Sin duda, para el morenovallismo terminó el día de campo electoral que tenía. Los mensajes del nuevo delegado del PRI, Fernando Moreno Peña, son claros y duros contra el Señor de los Cerros.
 
Ahora, los priistas están dispuestos a frenar el dispendio morenovallista para ganar las elecciones, y los constantes mensajes son que habrá una estricta vigilancia del aparato estatal para evitar cualquier desvío.
 
Incluso, están dispuestos a utilizar los organismos fiscalizadores del gobierno federal para cortarle las alas al morenovallismo, y con ello evitar que se siga despachando con la cuchara grande, sobre todo en tiempos electorales.
 
Especialmente, porque los priistas tienen la percepción de que el Ejecutivo está interviniendo en el proceso electoral, y por ello Moreno Peña condicionó la firmar un pacto para Puebla, “para que el PRI se sume tiene que haber respeto”.
 
Los escenarios políticos siguen cambiando.
 
Y lo mejor para Puebla está por venir.