La detención de la maestra Elba Esther Gordillo tiene muchas repercusiones nacionales, pero sin duda también un mensaje local, que deberán saber decodificar en su justa dimensión en Casa Puebla, de lo contrario, se van a meter en muchos problemas.
De entrada, la caída de la maestra seguramente modificará las cosas rumbo al proceso electoral del 7 de julio. El Señor de los Cerros deberá replantear su estrategia electoral, ya que, de entrada, se quedó sin una muy valiosa aliada en la guerra que vivirá la entidad.
Nueva Alianza no sólo iba a prestar sus siglas para reeditar la vital coalición, sino que también proporcionaría uno o dos puntos para la votación, pero sobre todo recursos y el ejército de operadores que tanto se necesitan para cuidar casillas, inhibir el voto en zonas proclives al priismo y movilizar gente.
Ahora el gobernador y su partido, el PAN, deberán revalorar la conveniencia de ir o no con el partido identificado con el enemigo público número uno de este país, con el partido de la villana favorita.
Este mismo planteamiento lo deberá hacer el gobernador Moreno Valle pero en el plano de si le conviene o no confrontar a un gobierno federal echado para adelante, que lo tiene en la mira por ser aliado político de la Gordillo.
Una vez hecha esta valoración, deberá entonces medir qué tan conveniente es para él ir o no con su carta fuerte, el secretario de Infraestructura, Antonio Gali Fayad, el mejor posicionado en las encuestas, o si lo mejor es entregar la plaza dándole la candidatura de Puebla al “yunque” como lo exige el grupo de ultraderecha, llevando entonces como candidato a Pablo Rodríguez Regordosa o al propio primo del titular de la Secotrade y expresidente del CCE, Francisco Rodríguez Álvarez.
Y es que el panorama político en la entidad cambio de un día para otro, el PRI que se veía perdido y sin rumbo, de un sólo golpe se levanto de la mano y noqueó al gobernador de Puebla.
También el mandatario estatal deberá revalorar qué tan conveniente es para él sacar a la mitad de su gabinete y enviarlo a la campaña, como originalmente era la idea.
Se deberá preguntar si vale la pena sacrificar a personajes como Patricia Leal, Ángel Trauwitz Echeguren o Jorge Aguilar Chedraui para pelear por la supervivencia, con el riesgo que significa recibir más misiles enviados desde la federación para exterminar al morenovallismo.
Definitivamente, las cosas en Puebla cambiaron desde el pasado lunes cuando se dio el “Elbazo”, que se dirigió contra la maestra y sus aliados políticos, los cuales, hay que decirlo, hoy la abandonan en la hora de la desgracia.
El golpe tiene varios destinatarios, pero uno de los principales es el gobernador de Puebla por la gran relación entre ambos personajes.
Moreno Valle sin duda debe “poner sus barbas a remojar” porque el presidente Peña ya demostró que sí sabe para que es el poder y ya lo comenzó a utilizar, de la misma forma en que el gobernador de Puebla lo hizo al inicio de su administración, bajo el precepto juarista de que “para los amigos, justicia y gracia, para los enemigos simplemente la ley”.
Cómo cambian las cosas en la política: en un abrir y cerrar de ojos el proyecto político nacional que comenzaba a construir el gobernador rumbo al 2018 creo que ya valió.
Pero cuidado, mucho cuidado, el gobernador de Puebla esta herido pero no aniquilado, por supuesto que debe haber algo dentro de las 79 cuentas bancarias que aún falta por analizar por parte de la PGR, que pueda mantener entretenido al mandatario estatal, pero nadie debe de minimizarlo, ni darlo por muerto.
Moreno Valle es un animal político en toda la extensión de la palabra y su instituto de supervivencia, seguramente, le indicará el camino por el cual conducirse para esperar mejores tiempos.
La caída de la maestra y sus repercusiones

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