La empresa de la plaza de "Las Ventas" de Madrid apunta en los listados de sus carteles para los próximos sanisidros a cinco toreros mexicanos, todos ellos del nuevo cuño, es decir, jóvenes, chavales, y de ellos, cuatro con el sello de la casa "Tauromagia"; son: Arturo Saldívar, Sergio Flores, Joselito Adame, Juan Pablo Sánchez y Diego Silveti, ninguno más, y creemos que no falta ninguno.
El empresario ventero representante de “Taurodelta”, durante su paso y estadía por los callejones y patios de cuadrillas de muchas plazas de este país, cuando vino acompañando a su torero y poderdante, Alejandro Talavante, se le vio también frecuentemente abordado, acosado por apoderados, toreros, papás de toreros, profesión por cierto muy favorecida en estos días y que suele darse cuando el papá del torero, desesperado porque al ver el paso de los años y darse cuenta que el muchacho ya no es tan muchachito, y que ya "nomás no la hace", decide tomar las riendas de la administración del "hijo de papá de torero"; y entonces, decíamos, se han acercado al regenteador del coso madrileño pidiendo ya no una oportunidad, sino la confirmación de alternativa. Por supuesto que el empresario merengue, pues nomás les dio el avión a muchos de ellos.
Como detalles adicionales de los acartelados, diremos que Joselito Adame el más veterano de los cinco, va por su tercera actuación en "Las Ventas", se ve anunciado en la llamada corrida de Arte y Cultura. Arturo Saldivar, quien también ya no es tan "nuevo en esa plaza", es el prospecto más sólido que tenemos para completar su formación torera en España, y junto con Juan Pablo Sánchez, regido por una administración en extremo cuidadosa de mínimos detalles pero con máximos errores, como el violento carácter del apoderado. Ambos ya están sólo a un paso, que debe ser tremendo campanazo para consolidarse en Madrid y por tanto en España.
Sergio Flores, el bizarro joven torero tlaxcalteca, quien va precisamente —como muchos otros quisieran— a confirmar alternativa, es una carta de la baraja que se maneja totalmente aparte, pues su recia personalidad le aproxima mucho al gusto de los españoles sin ser —porque no lo es— un figurín, más bien puede llegar a ser digno representante de la imagen de un toreo aguerrido y de fiera lucha en los ruedos, como en su tiempo la han sido Joselito Huerta, Antonio Velazquez, sus paisanos —de Sergio—, "El Ranchero" Aguilar y Fernando de Los Reyes, "El Callao".
Dejamos para el último a Diego Silveti, torero que pudiera llegar a ser de los llamados de "dinastía", pero que requiere de un replanteamiento urgente de su carrera y su administración. El gran peso de ser —o tratar de ser— lo que fue su padre parece que le está agobiando y pesando demasiado. Los empresarios que en un principio pusieron la vista en él se han dado cuenta de que para el aficionado su presencia en los alberos traía de inmediato a la mente un gran recuerdo de su padre, pero hasta ahí, y las pretensiones económicas del joven torero rebasan la realidad de lo que puede reflejarse en las taquillas, es decir, mientras el joven Silveti no demuestre que trae dentro algo más que el parecido físico con su padre, la expectación por verle ira en rápido descenso.
Por lo pronto, Madrid apuesta por estos cinco. ¡A'mo a ve!