A poco más de un mes para que inicie el proceso electoral de Puebla, es evidente el claro distanciamiento que existe entre la autoridad local, el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y el ejecutivo federal, representado por Enrique Peña Nieto.
Es muy claro que no hay una buena relación entre ambos personajes y que el ejecutivo federal ha evitado por todos los medios hacer una visita a Puebla, entidad en donde el próximo 7 de julio habrá elecciones para renovar al Congreso local y los 217 ayuntamientos.
Previo a la elección de Puebla, el proceso a celebrarse en Baja California llama la atención del Ejecutivo porque se trata de la primera entidad que ganó el panismo en 1989 de la mano de Ernesto Rufo Appel, y desde entonces el albiazul ha gobernado esa entidad, pese a todos los esfuerzos del PRI.
Después de Baja California, Puebla es la plaza que más le interesa recuperar al tricolor en el escenario electoral, la entidad es la quinta plaza en el número de electores y vital para que Peña Nieto tenga el control del sur-sureste del país, en vísperas al proceso electoral federal del 2015.
La situación entre ambos niveles de gobierno se tenso más luego de la detención de la maestra Elba Esther Gordillo, madrina política del gobernador del estado, quien ha tratado de mostrar en todo momento que no le afectó la detención de este polémico personaje, sin embargo, las criticas en contra del mandatario en medios de comunicación han arreciado, sin que exista una operación efectiva para poder neutralizar los efectos de este acontecimiento.
Una muestra del enorme distanciamiento y del frío que le ha aplicado el presidente de la República al gobernador de Puebla es que en hasta en tres ocasiones Peña Nieto ha evitado pisar suelo poblano en la puesta en marcha de la construcción de la carretera a Cuautla, en la inauguración del Tianguis Turístico y para el foro que inicialmente estaba programado para el día 3 de abril, a celebrarse en la entidad.
Casualmente, la vista de Peña Nieto se reprogramó para el 23 de abril, a sólo ocho días de que inicie formalmente el proceso electoral de Puebla, y cuando se dice, según lo que saben que sed detonará un escándalo de índole nacional, en donde estará involucrado el gobernador de Puebla.
El choque de trenes que se avecina tiene, después de todos estos antecedentes, un toque de morbo muy importante, ¿podrá más el poder de un gobernador que el del presidente de la República?
¿Le gustará al presidente Peña Nieto ser exhibido públicamente por un gobernador que aspira a ocupar su lugar en el 2018?
Sin duda, los ingredientes puestos en al mesa le darán una toque muy especial al proceso electoral que arrancará en poco más de un mes.
El gobernador Moreno Valle ya dio todas las muestras posibles de que no dará marcha atrás y de que va con todo en la más importante aventura política de su vida.
El presidente Peña Nieto ya dejó claro, con la detención de la maestra Elba Esther, que no está dispuesto a compartir el poder con nadie, ni mucho menos permitir que alguien se insubordine.
Los dados están lanzados.
Una pausa. Las serpientes y escaleras se van de vacaciones pero regresan el próximo domingo.