La organización no gubernamental más seria en torno a los análisis sobre servicios: El Poder del Consumidor, realizó su segunda evaluación sobre los servicios que brinda el metrobús en Puebla, llamado RUTA, y su diagnostico es alarmante.
Me permito comentar en este espacio las observaciones que esta organización le realizó al metrobús de Puebla y que de manera constante han sido denunciadas por Intolerancia Diario.
De acuerdo con lo registrado en los más de 18 kilómetros de recorrido, “se reconoció un claro avance en la instalación de semáforos peatonales, equipo indispensable para brindar seguridad a los usuarios. Sin embargo, sólo el semáforo de la estación San Alejandro había comenzado a operar mientras en las 37 estaciones restantes prevalecía el riesgo para los usuarios al momento de acceder o salir del sistema metrobús. La situación era peor en una cuarta parte de las estaciones, pues apenas estaban en la fase de excavación y cimentación para instalar estos semáforos, y era más grave aún en la estación China Poblana, donde no había ningún trabajo para implementarlos. Prevalecía además la ausencia de policías de tránsito, excepto en la estación Defensores de la República”.
En su reporte, la organización El Poder del Consumidor destaca: “Respecto a los ocho puentes peatonales que deberían estar instalados, ninguno estaba terminado. A pesar de ello, los usuarios ya los usan salvo en los casos donde las obras están demasiado atrasadas, como en las estaciones Universidad Tecnológica, Rivera Anaya (donde la gente debe saltar el carril confinado para entrar a la estación) y Matamoros. En esta última, la ausencia del puente ha obligado a cerrar el acceso a la estación debido a que se ubica en una vía rápida donde los vehículos alcanzan 60-80 kilómetros por hora”.
Sobre este tema, la organización no gubernamental abunda: “En la terminal de Chachapa se planeaba construir seis puentes peatonales, pero solamente hay avances en dos de ellos, aunque carecen de alumbrado adecuado y de las protecciones laterales”.
Un apunte, por demás importante, que realiza la ONG es que: “Toda la infraestructura que garantiza la seguridad de los usuarios debería haber estado completamente terminada antes de iniciar las operaciones de este servicio de transporte, con la finalidad de no exponer a los pasajeros a riesgos innecesarios”.
Otro dato interesante es que: “No hubo forma de saber si ya está en operación un centro de control. Se desconoce si existen comandos de voz y video para los operadores de los autobuses en la ruta troncal y sus alimentadoras, a fin de coordinar la operación de los autobuses. Tampoco se sabe si las cámaras instaladas realmente están monitoreando para atención y seguridad al público”.
Por si fuera poco, El Poder del Consumidor denuncia: “Se pudo constatar que todas las estaciones ya cuentan con señalética y sistemas de información visual y de voz, pero éstos aún no funcionan. No hay kioscos informativos. Y si bien ya se instalaron mapas del corredor, las terminales carecen de este tipo de información, lo cual es necesario para que los pasajeros identifiquen el derrotero de la línea y sus rutas alimentadoras. Tampoco existe esta información al interior de los autobuses”.
Algo que resulta infame de acuerdo con el reporte de la ONG es que: “Los usuarios con discapacidades siguen enfrentando problemas. No están listas las rampas de fácil acceso a cada estación ni para ingresar a los autobuses; tampoco hay información en sistema Braille ni espacios preferenciales en los autobuses no articulados del sistema”.
La organización no gubernamental especializada en el tema de servicios concluye: “Asimismo, en las terminales (Chachapa y Tlaxcalancingo) es deficiente el techado de los andenes, lo que deja desprotegidos a los usuarios ante las inclemencias del clima, persiste el descuido en espacios públicos colindantes, sobre todo en la zona de Chachapa, caracterizada por escasez de servicios, asentamientos urbanos irregulares y depósitos de basura. Esta terminal sigue representando un ‘foco rojo’ para los usuarios. Otros pendientes son la ausencia de bancas al interior de las estaciones y la falta de baños públicos, salvo de terminal Tlaxcalancingo.
”En cuanto al sistema de recaudo, resulta obsoleto comparado con los dispositivos instalados en otras ciudades mexicanas, y opera con notables deficiencias (suelen trabarse al no ser visible en las pantallas el aviso de paso). El sistemas de recarga es improvisado, al igual que el sistema de validación. Las máquinas para la venta y recarga de tarjetas siguen sin estar disponibles en todas las estaciones. En el aspecto operativo, prevalece el déficit de autobuses articulados, lo que ocasiona la saturación en las unidades a niveles muy cercanos al colapso, afectando la seguridad y el confort de los usuarios.”
La velocidad promedio de recorrido se aproxima al óptimo, pues en promedio tarda 50 minutos en ir de Tlaxcalancingo a Chachapa, lo que representa una velocidad promedio de 22 kilómetros por hora (el ideal para estos sistemas es de 25 km/h).
Sin embargo, el tiempo promedio de espera para abordar una unidad en las terminales (Chachapa o Tlaxcalancingo) era hasta el lunes 15 de abril de 25 minutos, mientras que en las estaciones iba de 8 a 12 minutos, lo cual aún representaba una baja frecuencia de paso de los autobuses y propiciaba la saturación de los mismos (en horas “pico” cada autobús debe tardar menos de 3 minutos).
Devastador el análisis realizado por El Poder del Consumidor, organización que —mire usted— de verdad sabe de este tema; ojalá que la Secretaría de Transportes tome en cuentas las observaciones y las corrija lo más pronto posible.
Se calienta el ambiente electoral en Zacatlán
El gobierno del estado quiere “meter las manos” en este municipio de la Sierra Norte de Puebla.
Específicamente, hay una embestida directa contra operadores políticos del PRI, particularmente contra integrantes del magisterio y colaboradores en la campaña de Jorge Luis Coriche.
Desde hace 20 días, maestros cercanos al proyecto del candidato del PRI en Zacatlán han sido amedrentados y removidos de sus lugares de adscripción y comisión para enviarlos a escuelas de puntos muy alejados del municipio, con la finalidad de que no apoyen en su tiempo libre la campaña de Coriche Avilés.
Este juego sucio fue orquestado por priistas inconformes, quienes entregaron un listado de maestros amigos afines y muy cercanos a Jorge Luis Coriche Avilés y a la estructura panista, para que se diera la orden directamente del Jurídico de la SEP y estos maestros que aparecen en la lista fueran removidos de manera urgente e inmediata de sus lugares de trabajo.
Los mentores afectados señalan que esta acción daña sus derechos laborales, toda vez que el apoyo y participación en actividades de Coriche la realizan en horarios no laborables y fines de semana. Asimismo, defienden su derecho a la libre expresión para apoyar al partido y candidato de su preferencia.
Esto ha causado revuelo no solamente en los maestros removidos, sino también en todo el círculo magisterial, ya que no es posible que un diputado federal de extracción priista opere a favor del candidato de la coalición Puebla Unida, Marcos Flores.
Los maestros han tenido que acatar las órdenes de la Secretaria de Educación Pública del estado por el temor de que ejerzan otro tipo de presión a través del Jurídico, ya que pueden hacerlos renunciar a su plaza.
Hay indignación en el gremio magisterial de Zacatlán ante esta embestida contra algunos integrantes del gremio, quienes han hecho públicas sus preferencias y apoyo político.
Los maestros temen que el caso del hostigamiento a maestros en Zacatlán se repita en algunos otros puntos del estado, donde es claro que los mentores participarán y respaldarán proyectos contrarios a la coalición Puebla Unida.
Inservible, el metrobús

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