San Andrés Cholula y Puebla capital siguen sin ponerse de acuerdo. Su evidente rivalidad va mucho más allá de cuestiones de recaudación de recursos, y traspasó lo que la propia ley establece. Ahora la “manzana de la discordia” es la rueda de la fortuna gigante que adquirió el gobierno del estado y que por fin encontró un lugar donde colocarse: la zona limítrofe entre ambos municipios.
Resulta que el juguete del estado se colocará en la zona que se encuentra entre Plaza Milenio y el Centro Comercial Angelópolis; exactamente donde hoy en día se ponen los circos, juegos inflables y hasta exposiciones de caballos. El lugar, con base en el Decreto del 62, incluso en la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de noviembre pasado, pertenece a la capital poblana. Entonces, ¿por qué el estado solicitó permisos en ambos municipios?
Fácil, San Andrés Cholula fue, es y seguirá siendo la puerta trasera de Puebla, y con tal de no lastimar susceptibilidades, gobierno tras gobierno se toma en cuenta por aquello de sus raíces. Es decir, los cholultecas tienen fama de ser personas de armas tomar y las autoridades estatales lo único que desean es evitarse enfrentamientos con ellos. Sin embargo, la realidad es que el municipio vecino de Puebla simplemente quiere aprovecharse de ello y agandallarse lo que simplemente no le pertenece.
Lo peor del caso es que ni con ambos presidentes emanados del mismo partido político, Acción Nacional, ni con un Congreso local alcahuete y vendido han podido resolver lo que ambos candidatos en su momento prometieron a los habitantes de la zona en conflicto. ¿O acaso ya se olvidaron que conjuntamente dijeron que con ellos en el poder se resolvería el problema que ha dividido trienios?
Lo que sucede ahora es que si el estado no hubiera pedido permiso a ambos, uno de ellos hubiera tenido que quedarse callado y acatar lo que su jefe hubiera decidido, pero como dicen en mi pueblo: “No se puede quedar bien ni con Dios ni con el diablo”.