Parece que el PRI no termina de resolver sus problemas en el estado, y es que en San Andrés Cholula los candidatos a diputado local y presidente municipal, Miguel Rivera y Gustavo Tello, no pueden iniciar oficialmente campaña, pues aún carecen de su registro. Mientras tanto, los adversarios de la coalición Puebla Unida, encabezada por el PAN, llevan una semana en pleno proselitismo.
De por sí los priistas en San Andrés Cholula tienen una desventaja amplia en comparación con Acción Nacional, que tiene 18 años gobernando el ahora Pueblo Mágico. Los aspirantes tricolores no logran organizar a sus equipos e internamente existe una evidente división entre su militancia, pues no son precisamente los representantes que tenían mayor simpatía con los ciudadanos.
La falta del registro, las diferencias internas, la ausencia de organización sumada a la carencia de recursos económicos para operar las campañas políticas llevarán al PRI en Cholula directamente a la derrota, pues ninguno de ellos quiere poner de su bolsillo y mire que el aspirante a diputado local, Miguel Rivera, es hijo del dueño del Hospital Puebla, uno de los nosocomios más prestigiados del estado, ubicado en la zona de Angelópolis. Pero dicen las malas lenguas que el papá del aspirante simplemente dejó en claro a su hijo que de su bolsa no sacará ni un peso para su capricho político.
En donde también se cuecen habas es el municipio aledaño, San Pedro Cholula, pues ante la designación de José Juan Espinosa como candidato común con el PAN, Panal y PRD, los priistas se desanimaron pues saben que las posibilidades de recuperar el ayuntamiento disminuyen.
Ayer, en el arranque de campaña del diputado con licencia Espinosa Torres, trascendió que Alejandro Oaxaca, diputado local —nadie sabe de qué partido—, estuvo en la apertura de campaña priista del empresario Sergio Galindo López, pero la priista Beatriz Cervantes asistió a la de José Juan.
¿Alguien tiene dudas de la desorganización del PRI en el estado?
Y eso que quieren ganar.
Dicen.