Los dos candidatos se adjudican la victoria rumbo al próximo domingo, fecha en que habrá de definirse la elección.
Ya queda poco por hacer, realmente los dos principales candidatos echaron el resto para sus respectivos cierres: uno en la Plaza de la Victoria, el nuevo símbolo del morenovallismo; el otro, en el emblemático zócalo de la ciudad.
Los cierres son una muestra de lo que se verá dentro de siete días, aparato contra aparato, movilización contra movilización, dos fuerzas que habrán de encontrarse para dirimir lo que ha sido una batalla sorda, sin mucho brillo, pero intensa.
Los cierres de campaña fueron el ensayo previó a la gran batalla del próximo domingo, dos estructuras bien afinadas, finas y con el conocimiento probado de lo que es jugarse el todo por el todo.
Pese a que se auguraba que no estarían presentes, las dos cabezas visibles del priismo nacional estuvieron presentes en el cierre de campaña de Enrique Agüera Ibáñez, tanto César Camacho como Ivonne Ortega hicieron escala en Puebla, como para dejar en claro que el próximo domingo no será un “día de campo” para el morenovallismo.
En contraparte, la estructura estatal dejó en claro que está más que lista y aceitada para dar la batalla. El ensayo previo se puede calificar como perfecto, no faltó nada, nadie desmereció, es un reloj exacto, fino, perfectamente bien ajustado y puesto para trabajar el próximo domingo.
Y es que la campaña no logró atrapar la atención de la población común y corriente, más metida en los problemas de la vida cotidiana que en asimilar lo que ocurría en el ámbito político, a diferencia de lo que ocurrió en 2010.
La apuesta está hecha, estructura estatal contra estructura federal medirán fuerzas con muchas, pero muchas cosas en juego, no sólo los 4 años 8 meses, sino el futuro de Puebla y el proyecto presidencial de su gobernador, convertido en líder nacional del PAN y de las izquierdas identificadas con “Los Chuchos”.
El gobernador Moreno Valle tomó como aduana personal la elección de este año, sabedor de que no había de otra; no por nada la mitad de su gabinete se fue a la campaña, la elección era el todo o nada, dentro de una coyuntura nacional que se le acomoda por la tremenda crisis que vive el panismo nacional.
Moreno Valle, en caso de obtener la victoria, se erigirá como el nuevo líder nacional del albiazul, pero no sólo eso, sino como el verdadero factor de unidad con las izquierdas, en el exitoso modelo de las coaliciones. Por si fuera poco, en agosto el mandatario poblano asume la presidencia de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
Tony Gali, además de ser un excelente candidato, recibió el cobijo de todo un aparato que se volcó a su favor, órganos electorales (Trife e IEE), partidos políticos, estructura gubernamental y medios de comunicación; eso, desde mi punto de vista, ha marcado una diferencia dentro de la campaña.
Su contraparte, Enrique Agüera, ha sacado provecho a su excelente imagen ciudadana, lo que lo ha mantenido a flote. Tal vez le faltó haber sido más agresivo como oposición, pero se apegó a su guión y ha dejado en claro que es un candidato más que competitivo.
Quedan ya sólo tres días por delante; el jueves el silencio deberá ser total para entrar a los días de la reflexión, que más bien servirán para ajustar a las estructuras y revisar los padrones.
El “talón de Aquiles” de la campaña agüerista es, sin duda, la débil defensa que tiene ante los organismos electorales, completamente cargados a favor de su oponente. El candidato de la coalición 5 de Mayo y el PRI aún están a tiempo de recurrir a gente con más experiencia en la materia, ya que Silvino Espinosa no está a la altura de las circunstancias; si lo hacen emparejarán las cosas en un terreno en donde van a perder por línea de todas, todas.
La estructura morenovallista está probada y es un factor para inclinar la balanza. La campaña de Tony Gali fue una muestra de la disciplina y el trabajo en equipo que prevalece dentro del grupo cercano al gobernador, pese a las diferencias que han surgido en tres años.
La unidad del morenovallismo —reitero— puede hacer la diferencia, aunque nada, absolutamente nada está escrito. La realidad se conocerá el próximo 7 de julio.
 
Huerta cierra fuerte
El candidato de la coalición 5 de Mayo a la presidencia municipal de Tepeaca, David Huerta, cerró muy fuerte la contienda en ese municipio.
Una muestra es que hasta el arzobispo de Puebla, monseñor Víctor Sánchez Espinosa, asistió a la fiesta organizada en honor del padre Juan de Dios Huerta, quien cumplió 25 años de ministerio.
Huerta es de lo más rescatable del PRI dentro de esta campaña que, por fortuna, ya acaba.