No es necesario ser brujo, tampoco agorero del desastre, para saber que el proyecto del sistema de transporte articulado RUTA va a ser un auténtico fracaso.
Desde un inicio, en este mismo espacio se advirtió que la construcción de la primera línea del sistema de transporte de vehículos articulados no obedecía a una demanda real por parte de la población, sino más bien a un capricho personal, el cual tendría muy altos costos.
Los sistemas de transporte BRT (en inglés) son actualmente la mejor solución y lo hemos dicho muchas veces; en materia de transporte, los ejemplos abundan en cientos de ciudades del mundo, pero obedecen a una demanda real, son planificados paso a paso y pasan años para consolidar estos modelos.
El modelo de Puebla nunca obedeció a una necesidad real, no al menos en esa vía, en la cual sólo vino a complicar el de por sí difícil tema de la circulación en las calles de la Angelópolis. Incluso, en las páginas de Intolerancia Diario dimos cuenta de cómo el modelo original, diseñado por la empresa Logit, fue presentado a Banobras para que otorgaran los recursos correspondientes, y después fue sustituido por otro de menor costo de manera cínica y arbitraria.
También en las páginas de Intolerancia se documentó cómo, en vez de ser en su totalidad vehículos articulados, sólo se adquirieron seis unidades de este tipo y el resto sólo eran unidades sencillas; otra verdadera burla.
Ahora más de mil 300 millones de pesos aplicados en la obra corren el riesgo de irse a la basura por la mala planeación de la RUTA, la cual fue inaugurada con la misma premura que varias obras que se han construido durante esta administración.
El verdadero corredor natural para esta vía era la calle 11 Norte-Sur, en donde a través de un gran trabajo político se pudo haber convencido a los transportistas para integrarse en una sola empresa y poner en marcha el metrobús, iniciando una etapa de prueba y luego ajustando el modelo a las necesidades de la ciudad y su demanda.
No obstante que se vio el fracaso de este sistema, ahora la administración estatal insiste en poner en marcha dos nuevas líneas del metrobús, ante lo cual mejor recomendaría que primero saquen a flote la primera que hoy, que, a tan sólo seis meses de haberse puesto en marcha, agoniza.
 
Sorpresa de último minuto
Como una verdadera bomba molotov cayó la declinación de último minuto del candidato del PT a la presidencia municipal de Puebla, Miguel Ángel Ceballos, el cual ha sido objeto de toda una serie de descalificaciones por parte de la gente de la coalición Puebla Unida.
Y no podía ser de otra manera, si los integrantes de la coalición oficial de Casa Puebla aseguraban que Ceballos había entrado a la contienda para hacerle el juego a los intereses del Señor de los Cerros, “golpear” a Enrique Agüera y, llegado el momento, declinar a favor de Tony Gali, o al menos eso fue lo que le fueron a vender al inquilino de Los Fuertes.
Pero cuál fue la sorpresa, que “El Profe” declinó… pero a favor del exrector de la máxima casa de estudios en el estado, lo cual no estaba en las cuentas de quien manda en el estado.
Pero más será su enfado si conoce las verdaderas causas de la declinación de Ceballos, y es que —según cuentan— al “Profe” le hablaron de México, desde muy altos niveles para ordenarle, no pedirle, ordenarle que declinara a favor de Enrique Agüera Ibáñez.
De qué tamaño fue la molestia causada por la declinación de Ceballos que ahora ya le echaron encima a toda la “cargada” para descalificarlo y decir que sólo representa un voto, lo cual no hubiera ocurrido si hubiera declinado a favor de Gali.
En fin, otras fuerzas comienzan a intervenir en el proceso electoral de Puebla; se dice —y eso tómelo como un rumor— que un contingente real de fuerzas federales arribará a Puebla el viernes para inhibir cualquier tipo de situación que pudiera alterar el orden, al menos esa es la versión oficial de las cosas.
La PFP realmente vendría a la entidad para evitar la operación de los “mapaches” morenovallistas, una historia que el actual grupo en el poder conoce muy bien, pues fue parte del operativo desatado la noche anterior al 4 de julio de 2010, y parte fundamental del triunfo histórico que obtuvieron en aquella jornada electoral.