Tras la aprehensión de Miguel Ángel Treviño Morales, el “Z-40”, líder de la organización delictiva “Los Zetas”, ocurrida al suroeste de la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo (Tamaulipas) la madrugada del lunes 15 de julio, investigadores del tema del crimen organizado aseguran que se avecina un nuevo brote de violencia: primero, entre las células que componen el grupo criminal, para que germine un nuevo líder; luego, por el control de las plazas que aún se encuentran en su poder; y, finalmente, por lo que pueda declarar el sospechoso por delitos de delincuencia organizada, homicidio, tortura y lavado de dinero ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO).
Y es que, además del reacomodo de la organización fundada en la década de 1990 como “brazo armado del Cártel del Golfo”, bajo las órdenes de Osiel Cárdenas Guillen, y teniendo como integrantes a exmilitares de grupos élite, también existe el hecho de que Treviño Morales cuenta con información suficiente para desmantelar una red de corrupción que se entretejió a su alrededor y que involucra a funcionarios de todos los niveles de gobierno de gran parte del país, que desde 1990 hasta la fecha les han brindaron protección.
En territorio poblano, por lo menos una semana antes de las elecciones municipales, se resintió la presencia de la organización de “Los Zetas” tras las “narcomantas” que aparecieron en varios estados del país, en las que no sólo culpaban al gobierno de Puebla de traición al haber permitido el ingreso del cártel de los Beltrán Leiva, sino que además se adjudicaron la ejecución de Jesús Nava Romero, “El Rojo”, líder de la organización de sicarios al servicio de los Beltrán, quienes tienen su centro de poder en Chilpancingo (Guerrero).
Según rumores no confirmados, “Los Zetas” tendrían por lo menos un año de haber iniciado en Puebla operaciones comerciales para el lavado de dinero, el robo en ductos de Pemex, secuestros, extorsiones, “levantones” y asaltos a transportes de carga, contando con una presunta protección, porque es un hecho que desde mucho antes este grupo habría ingresado a territorio poblano para delinquir, pero sin permiso.
La SEIDO no tarda en informar de la solicitud para que Miguel Ángel Treviño Morales sea arraigado, a fin de que sea interrogado no sólo por los delitos en los que lo involucran, sino para obtener información de qué funcionarios y de qué niveles les vendieron protección para que sean llamados a cuentas, y entre estos servidores públicos estarían los de Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí, Zacatecas, Hidalgo y Coahuila, entre otros; además, no se descarta que de Puebla algunos resulten “raspados”, sobre todo porque es en este estado donde el robo a productos de Pemex se ha incrementado de manera alarmante, mientras que funcionarios ligados a la seguridad pública y a la persecución e investigación de delitos se han enriquecido en forma indebida, bajo el amparo de la Contraloría del estado, que ha hecho caso omiso a iniciarles una auditoria.
En su momento, Ardelio Vargas Fosado —cuando fue secretario de Seguridad Pública del Estado— habría informado de la presencia en Puebla de por lo menos cuatro organizaciones delictivas que operaban en todo el estado, informes que fortalecieron presidentes municipales, sacerdotes, empresarios y otros, al denunciar ser víctimas de extorsiones de gente que se identificó con el grupo armado.
El actual secretario de Seguridad Pública, Facundo Rosas Rosas, de todas las confianzas de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad durante la administración de Felipe Calderón como presidente de la República, y vinculado con la venta de protección al cártel de los Beltrán Leyva, tras confesiones hechas por Edgar Valdez Villarreal “La Barbie”, habría también declarado de la presencia de grupos criminales, luego de que a menos de 15 días de que tomó el cargo se registraron al menos 20 ejecuciones de sujetos ligados a delitos federales como el “narcomenudeo”, además del robo de vehículos.
Muchas de estas dudas tendrán que despejarse una vez que Miguel Ángel Treviño Morales pueda destapar cloacas, sobre todo en estados donde se dijo “traicionado”.
Nos vemos cuando nos veamos.