Pocos han contado la realidad de la reunión que se dio entre la bancada electa del PRI, la dirigencia estatal encabezada por el delegado Fernando Moreno Peña y Pablo Fernández del Campo, con César Camacho Quiroz e Ivonne Ortega, a inicio de esta semana.
La reunión fue muy interesante porque en primer término César Camacho definió cuál será la línea para la nueva bancada de siete priistas en la próxima Legislatura local.
Camacho les pidió ser un grupo parlamentario responsable y que guarde los equilibrios correspondientes, es decir, que no caigan en el entreguismo de los actuales diputados del PRI, pero que tampoco se conviertan en una oposición negativa o en un dique para el gobernador del estado.
Principalmente les solicitó que cualquier decisión que sea trascendente no la aprueben en fast track, sino que pidan tiempo para analizarla y consulten al Comité Ejecutivo Nacional, aunque de antemano reconoció que el voto priista es intrascendente debido a que el bloque morenovallista es suficiente para alcanzar la mayoría calificada.
Acto seguido tomó la palabra el líder de la CTM, Leobardo Soto, para interrumpir y alegar que sus declaraciones habían sido “tergiversadas por los medios” y que nunca había solicitado la renuncia de Pablo Fernández del Campo a la dirigencia estatal del PRI. Cuentan que Camacho Quiroz se limitó sólo a mover la cabeza en señal de desaprobación.
Víctor Giorgana tomó la palabra y solicitó la intervención del Comité Ejecutivo Nacional del PRI para impugnar la elección en el distrito 16, con cabecera en Puebla capital, debido a que en una casilla importante por su número de votación supuestamente se modificaron los resultados a favor de su adversario Julián Rendón.
Nuevamente Leobardo Soto pidió la palabra para solicitar al CEN “apoyos” por parte de las delegaciones federales para cumplir con sus compromisos de campaña, a la solicitud de Soto se sumó la del diputado electo por Ajalpan, Rosalío Zanatta, quien también demandó algunas despensas, cemento y tinacos para sus operadores políticos y los grupos que le apoyaron en campaña.
Camacho e Ivonne Ortega sólo volvieron a mover la cabeza en señal de desaprobación.
Vino ahora la intervención del diputado electo José Chedraui Budib, quien abordó el tema de las traiciones que se dieron al interior del PRI en el pasado proceso electoral, pero sin atreverse a dar nombre.
Pepe Chedraui pidió castigo para los traidores y que el CEN del PRI realice una investigación a fondo de que fue lo que ocurrió en Puebla el pasado 7 de julio.
El empresario solicitó la expulsión de las filas del PRI de quienes traicionaron a su partido en el pasado proceso electoral, “para sentar un precedente ejemplar” rumbo a los próximos comicios que serán en 2015.
Camacho Quiroz anunció que Pablo Fernández del Campo y el propio delegado Fernando Moreno Peña dejarán en su momento la dirigencia del PRI en Puebla, pero acotó que no será hasta que haya pasado un tiempo, se haya hecho la reflexión correspondiente sobre la derrota electoral del PRI y, sobre todo, se calmen las tribus internas, las cuales buscan cada una hacerse del control del tricolor, pero sólo para utilizarlo como plataforma para sus aspiraciones personales.
Por cierto, el empresario José Chedraui Budib se perfila como el futuro coordinador de la mini-bancada del PRI en el Congreso local.
Chedraui, a pesar de no contar con una gran experiencia en el mundo de la política, tiene una ventaja sobre otros de sus compañeros, como Víctor Giorgana o Silvia Tanús, quienes pudieran tener más méritos partidistas. Pepe Chedraui es amigo del presidente de la República y por lo tanto será respetado al momento de tener que hacer acuerdos con él, por ese simple hecho que, vaya que pesa.