Si un hombre representa el futuro del PRI ese es José Chedraui Budib, el empresario que en la interna tricolor a la presidencia municipal de Puebla quedó abajo de Enrique Agüera Ibáñez en las preferencias del Comité Ejecutivo Nacional del expartidazo.
Chedraui, quien será diputado local y coordinador de los diputados del PRI en el Congreso del estado, una minibancada, pero bancada al fin, resultó uno de los grandes ganadores de la debacle que arrastró a este instituto político el pasado 7 de julio.
Ironías de la vida, a veces ganando se pierde y perdiendo se gana y esto último le ocurrió al empresario, quien buscó la candidatura a la presidencia municipal de Puebla, pero chocó contra la trayectoria y el perfil del entonces rector de la máxima casa de estudios, Enrique Agüera Ibáñez.
Chedraui fue llamado a México un sábado para escuchar en voz de César Camacho Quiroz que él no iba a ser el candidato a la presidencia municipal de Puebla, por lo cual le solicitaban que declinará en sus aspiraciones a favor del entonces rector de la UAP.
Cómo olvidar que fue el propio José Chedraui Budib quien, a través de su cuenta de Twitter, ese mismo sábado “destapó” a Enrique Agüera como el candidato del PRI a la alcaldía, luego de lo cual se vino una cascada de adhesiones a favor del académico.
Lejos de retirarse a la vida privada, Chedraui se sumó a la campaña de Agüera y recibió como premio de consolación el segundo lugar dentro de la lista de candidatos a diputados por el principio de representación proporcional, los famosos plurinominales.
Durante el proceso fue de los priistas que trató de contribuir con Enrique Agüera e incluso prestó sus instalaciones como centros de acopio para el agüerismo.
Concluido el proceso electoral, luego del cómputo final y la entrega de constancias de mayoría, Chedraui es hoy uno de los referentes que existen al interior del tricolor para recomenzar la reconstrucción de este partido.
Chedraui, además de ser diputado y próximo coordinador de los diputados del tricolor, es amigo personal del presidente de la República, situación que si bien es cierto no le alcanzó para obtener la nominación a la presidencia municipal de Puebla le da hoy una fortaleza importante, para convertirse en el factor de equilibrio, ante el triunfalismo del morenovallismo.
Es cierto, Chedraui tiene en su contra su inexperiencia, pero también algo fundamental no pertenece a ninguna de las tribus que actualmente están en pugna; no tiene cola que le pisen, como muchos cuyos expedientes obra en manos de los operadores del gobernador.
Pepe Chedraui encara la figura sobre la cual se debe de construir la nueva imagen del PRI en el estado de Puebla, aunque para muchos solo sea un advenedizo, un novato en política.
El PRI de Puebla debe verse en el espejo del priismo de Nuevo León, en donde el tricolor perdió la gubernatura, pero la recuperó de inmediato en seis años, o en caso contrario, si quiere convertirse en un priismo como el de Baja California o Guanajuato, donde el expartidazo no ha vuelto a recuperar la gubernatura y ya pasaron —en el caso de Baja California— 20 años de gobiernos azules.
El retorno de Agüera
Ayer el exrector de la máxima casa de estudios en el estado y quien fuera el candidato del PRI a la presidencia municipal de Puebla, Enrique Agüera Ibáñez, desayuno en el restaurante de la Casa de los Muñecos del Complejo Cultura Universitario con el dirigente estatal del tricolor Pablo Fernández del Campo.
Agüera, a pesar de su derrota, sigue siendo un hombre bien visto en el CEN del PRI y de los que también puede aportar mucho para el tricolor, hay que recordar que en política nadie está muerto.
Hoy más que nunca, Enrique Agüera está interesado en mantener su militancia priista y contribuir a la reconstrucción de este instituto político.
Lejos de lo que muchos piensan, el exrector esa más vigente que nunca y aunque aun no se da un encuentro formal con el ganador de la contienda, Antonio Gali Fayad, el encuentro sí se dará, pero además se llevará a cabo en el mejor de los términos, ni más ni menos.