No cabe duda que el arrastre y la lambisconería por parte de algunos diputados electos que aún no llegan a su curul ya empezó y de forma absurda y vergonzosa. Julián Rendón, supuesto representante de la izquierda, ayer se proyectó bien y bonito. Resulta que el desconocido político advirtió que “nadie en su sano juicio podría estar a favor del aborto”.
¿Queeé?
Nadie le avisó al seudo legislador que su partido, el PRD, ha sido, es y será un gran promotor de la despenalización del aborto, y que si bien estamos conscientes de que a Puebla le falta mucho para siquiera tocar el tema en el pleno por cuestiones que todos sabemos, él debería ser el menos indicado para mostrar una postura que no sólo deja en claro su ignorancia e intolerancia al respecto, si no también su lambisconería al jefe del Ejecutivo emanado de la derecha y quien no podría opinar distinto aunque quisiera.
El señor Rendón aprovechó una rueda de prensa en la que levantó la mano para liderar a la bancada perredista (“Dios nos libre”, diría doña Jovita) para tocar uno de los temas más ásperos para las ultimas Legislaturas; sin embargo, su declaración fue exactamente todo lo contrario de lo que debió ser.
¿Y con esas acciones que evidencian lo arrastrado que puede llegar a ser quiere ocupar una posición de privilegios, como lo es ser el jefe de los de su mismo color? ¡Por favor! Sólo en Puebla pasan estas cosas. Es evidente que las coaliciones, alianzas o candidaturas comunes han prostituido los ideales políticos y sociales de los institutos políticos.
Ni hablar. Lo peor es que son capaces de darle un premio.
En Puebla, como los cangrejos, “pa’ atrás, compadre".