Uno de los más graves conflictos para cualquier hombre de poder es entender el momento de dejar crecer a sus colaboradores para preparar su sucesión. Aunque se tardó, todo indica que Moreno Valle supo medir su elección intermedia preparando al hombre que desde hoy tiene boleto para pelear la próxima gubernatura en 2018, en la persona de Tony Gali.
Sin embargo, es evidente que al gobernador le cuesta trabajo conceder espacios de poder que le permitan crecer a los miembros de su círculo cercano. Hasta el momento ha jugado tres cartas —Manzanilla, Gali y Aguilar—, frenando a la primera de éstas por evidentes conflictos de intereses.
Hoy ninguno de ellos está en el gabinete, lo cual evidencia un equipo de trabajo francamente rudimentario, en donde cuesta trabajo encontrar expertos en cada materia.
Sin duda, uno de ellos es Luis Maldonado, a quien se podría decir que le queda chico el cargo, los demás no son del nivel de un gobernador que quiere levantar la mano para ser tomado en cuenta en una división superior.
Aún recuerdo los tiempos en que Carlos Palafox, Marco Antonio Rojas, Miguel Quiroz Pérez y otros más recorrían todas las áreas de la administración como auténticos “todólogos”, pero esos tiempos han cambiado y la Puebla moderna que se prometió necesita de personajes probados, no de los amigos cercanos del gobernador ni de funcionarios derivados de pagos políticos.
Y para muesta un botón: Que alguien me diga qué sabe de obra pública Cabalán Macari.
Y como él, hay varios más.
Puntualiza la SGG
Tras la publicación de mi columna de ayer, en donde cuestioné la presencia de Luis Maldonado en la Conago, recibí una amable llamada desde la Secretaría General de Gobierno para puntualizar que, al igual que el titular de la SGG de Puebla, el presidente Peña se hizo acompañar del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio y que otros gobernadores también llevaron a sus secretarios.
Sin duda, es valida la observación pero, sin el ánimo de polemizar, es importante decir que, a diferencia de los secretarios estatales, Osorio no se ausentó del territorio que demarca su cargo como secretario de Gobernación federal, no así los demás, que al asistir a Mazatlán dejaron sus estados sin gobernador y sin responsable del Poder político.
Debo decir que no existe una ley que se los impida, por lo que no existe una violación jurídica de ningún tipo, pero en casos de una verdadera emergencia esos estados no tendrían una figura que la afronte y la resuelva.
Por lo demás, es innegable que Maldonado resulta una pieza clave para Moreno Valle en la consolidación de sus relaciones nacionales.
Agachones y mochos
Las esperanzas de que existan voces críticas en la próxima Legislatura son totalmente nulas. La tendencia de los diputados “agachones” prevalecerá, pero eso no es todo, la izquierda “trasnochada” de Puebla tiene en Julián Rendón a un fiel celador de la “santa Inquisición”.
Y es que el diputado electo está en contra de las iniciativas que el perredismo ha impulsado, como el tema de la despenalización del aborto. El morenovallista se ha disfrazado de izquierdista al ser cuestionado por la prensa sobre el tema, y se pronunció en contra del derecho de que las mujeres decidan sobre su cuerpo.
Pero su declaración no paró ahí.
El exfuncionario estatal trastabilló cuando se le inquirió sobre Ley de Sociedades de Convivencia; es más, se persignó y rechazó que sea un tema prioritario para subir a tribuna.
Lo increíble de nuestros futuros legisladores es que no están dispuestos a debatir y dan carpetazo a los temas antes de tiempo. Julián Rendón cuenta con la bendición del Señor de los Cerros para coordinar la bancada del PRD. Y es que busca un personaje que no cause problemas y sea leal a la causa morenovallista.