Finalmente, el trámite en la Universidad Autónoma de Puebla se cumplió y Alfonso Esparza Ortiz será ungido como rector electo de la institución (ya era interino) por cuatro años, por lo menos, de 2013 a 2017.
Ahora se respiran nuevos aires en la máxima casa de estudios poblana, donde al parecer la sobriedad imperará en todo el trabajo que se haga de aquí en adelante.
Alfonso Esparza ha sido un académico de mucho tiempo en la UAP, pero sobre todo ha sido un político universitario que fue avanzando poco a poco en distintos cargos donde mantuvo bajo perfil hacia afuera, pero muy conocido al interior.
Ahora que finalmente todo está consumado, los cambios entre el gabinete se gestarán una vez que el Consejo Universitario avale la elección y posteriormente lo proclame rector para los próximos cuatro años.
Las cartas que jugó Esparza Ruiz fueron bien empleadas y salió excelente, sobre todo después de la “guerra sucia” que hubo contra su antecesor Enrique Agüera, en las elecciones pasadas.
“Al pan, pan y al vino, vino”, fue la apuesta y la ganó.
Estaremos pendientes de las aguas que están muy turbulentas al interior de la UAP, sobre todo por los movimientos que vendrán, incluso las veladoras de todas las tiendas religiosas se han terminado, compradas por muchos universitarios.
 
La verdadera transparencia
Quien sigue dando cátedra de transparencia a sus compañeros al interior de la Comisión de Acceso a la Información Pública (CAIP) es la comisionada Blanca Lilia Ibarra.
Este miércoles se resolvieron distintos recursos de revisión de temas álgidos como la rueda de observación y el teleférico.
Casualmente, el que tuvo en sus manos Blanca Lilia, sobre los permisos de la rueda de observación del ayuntamiento de San Andrés Cholula, fue el único en que se revocó la respuesta u opacidad del sujeto obligado
Y es que fue simple: el ayuntamiento cholulteca reservó información con falsedades, así de fácil.
Contrariamente a buscar la transparencia, el otro comisionado, Federico González Magaña, ya conocido como el “rey del sobreseimiento” o el “pirata opaco”, confirmó la respuesta de cinco expedientes sobre información del teleférico.
Esto generó nuevamente una discrepancia entre los comisionados, ya que Blanca, determinada a que haya transparencia, se abstuvo de votar, ya que la investigación de González Magaña dejó mucho que desear.
En los expedientes se solicitaban estudios de impacto ambiental y urbano del teleférico de Puebla a las Secretarías de Transportes y Sustentabilidad, además de la autorización del INAH para la demolición parcial de la Casa del Torno, ubicada en la 8 Norte y 6 Oriente.
Además de la copia digitalizada del documento en el que conste la autorización del INAH para realizar actos relativos al proyecto de rescate y salvamento de elementos arquitectónicos que le fue autorizado por el mismo organismo federal.
Pero a Magaña se le hizo más fácil ratificar que investigar la respuesta basada en que la información se encuentra reservada en términos de lo que establecen la fracción V de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Puebla, al estar relacionada con expedientes judiciales y procedimientos administrativos seguidos en forma de juicio. Es decir, forma parte de un litigio pendiente de resolver por los amparos, por lo que la divulgación de la información supuestamente afectaría el desarrollo y el sentido de la resolución final de dichos procedimientos.
Sin embargo, los argumentos de Magaña no fueron suficientes ni profundizó en el tema, como era su deber, por lo que Blanca Lilia mejor no votó ni a favor ni en contra al no tener elementos suficientes, por no establecer la debida clasificación de la reserva. Pero Blanquita fue “mayoriteada”.
Aquí cabe recordar que el mismo IFAI, hace unas semanas, ordenó al INAH entregar información sobre el teleférico, a pesar de que está implicado en los mismos resolutivos judiciales.
Pero si el IFAI profundizó y revocó, aquí la CAIP ya nos acostumbró a que les “tiemblan las manos” en esos temas y sólo cuidan la chamba para lo que fueron colocados.
Así de fácil.
Y conste que el comisionado, ante las críticas de su llegada a la CAIP, pidió que se le diera tiempo y se le juzgara por su proceder. 
Servido.