Muy poca gente lo sabe, pero el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, apostó en un principio a gravar con IVA alimentos y medicinas dentro de la propuesta de Reforma Hacendaria que se envío hace unos días al Congreso de la Unión.
La medida era impulsada incluso por el secretario de Hacienda, el poderoso Luis Videgaray, y tenía como fin el incrementar en más de 1.7 por ciento el presupuesto para 2014, lo que hubiera resuelto muchas de las necesidades del gobierno federal, así como de los estados y municipios.
El presidente de la República sopesó el costo político de la medida, que es totalmente impopular; incluso al interior de su propio partido —el PRI— ocasionaría división el tema y le daría la oportunidad tanto a Manlio Fabio Beltrones como a Emilio Gamboa, líderes de las bancadas en San Lázaro y en el Senado, para provocar más problemas y vender a más alto costo su amor.
Adicionalmente, algunos de sus asesores le sugirieron que imponer una medida tan poco popular podría constituir la chispa necesaria para incendiar al país, contaminado por el tema de la Reforma Educativa y las movilizaciones del magisterio nacional, principalmente el ligado a la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Todos los costos se analizaron, incluso hasta el de darle una bandera política más a Andrés Manuel López Obrador, el simbólico líder de la izquierda en México y eterno aspirante a la Presidencia de la República, el cual espera atento cualquier error gubernamental para revivir a su movimiento.
Al final, lo que más pesó en el ánimo del presidente de la República para dar marcha atrás en la implementación del IVA en alimentos y medicinas fue un estudio que le presentaron sobre el impacto que tendría el gravar con IVA a estos dos sectores económicos, sobre todo en la población con más bajo nivel de ingresos.
Y es que, de acuerdo a este estudio, el gravar con IVA a alimentos y medicinas hubiera sido fatal para al menos la población con los niveles más bajos de ingresos, los cuales destinan 70 por ciento de sus salarios a la compra de alimentos y 20 por ciento para adquirir medicinas.
El mismo estudio le detalló al presidente de la República que con el sólo hecho de tasar con IVA alimentos y medicinas hubiera incrementado el número de pobres en el país en 3 millones de personas más.
Las razones expuestas tuvieron el peso suficiente para influir en el ánimo del presidente de la República, el cual sumó una variable más a las antes descritas para dar marcha atrás en la propuesta, la cual —dicho sea de paso— sí impacta —y vaya de qué manera— en las finanzas de los más pobres de los pobres de este país.
 
Se le cebó a Giorgana
El diputado electo Víctor Manuel Giorgana Jiménez estuvo a punto de ser el coordinador de la minibancada del PRI en el Congreso local para la próxima Legislatura, sólo que su falta de tacto político hizo que se quedara como el perro de las dos tortas.
Y es que Giorgana, de manera inicial, había recibido el visto bueno por parte de Jorge Márquez, el influyente oficial mayor de la Secretaría de Gobernación federal, para encabezar a la minibancada del tricolor en la próxima Legislatura, pero cometió una falta de primer año, atribuible sólo a un político novato, y no un viejo lobo de la política como es el serrano.
Una televisora local le pidió juntar a varios presidentes municipales para darles un “curso” sobre imagen y ofrecerles sus servicios, Giorgana fue el encargado de convocar a los ediles pero, vaya sorpresa, al acto también asistió la senadora Blanca Alcalá Ruiz, con quien supuestamente Giorgana había puesto tierra de por medio.
Enterados en México de que el nacido en Huauchinango aún se mantenía bajo la tutela de Alcalá, pese a haberla negado varias veces, decidieron retirarle el apoyo y éste pasó a favor de José Chedraui Budib, quien ya sólo cerró la pinza la semana pasad, entre sus propios compañeros de bancada.
Fue así como Giorgana perdió la coordinación de la minibancada, ya que, aunque insiste en no estar vinculado al grupo de Blanca Alcalá, lo cierto es que la senadora priista sigue siendo su jefa política.