Desaparecer el estado jurídico de las juntas auxiliares no sólo es posible sino necesario en algunos casos, no en todos. Pareciera que, con tal de quedar bien con el presidente municipal electo, Tony Gali, los diputados locales salieron corriendo a darle la razón al próximo mandatario, sin analizar las causas y consecuencias de la decisión.
Esto no resulta extraño pues, sin duda, la 58 Legislatura, sin temor a equivocarnos, es la peor de la cual se tenga memoria, por la evidente ausencia de carácter, inteligencia, conocimiento de causa, entre otras tantas cosas (mire que las anteriores no tenían mucho de qué presumir).
El añejo tema de las juntas auxiliares, al cual las anteriores Cámaras no quisieron entrarle, va desde el punto central y analítico hasta lo más importante, que sus habitantes tengan el “beneficio” de la seguridad y mayores recursos económicos.
Por ejemplo, hay juntas auxiliares como la Ignacio Romero Vargas, que registra el mayor índice de “narcomenudeo”, violencia e inseguridad. En esta zona, la delimitación rebasó la capacidad de las autoridades y urge que, muy por encima de sus usos y costumbres, la autoridad tome el toro por los cuernos y erradique de raíz lo que por años —todos sabemos— sucede en dicha zona.
Casos distintos representarían San Miguel Canoa, San Francisco Totimehuacán, por mencionar algunos, en donde los usos y costumbres forman una parte importante para sus habitantes, lo que sin duda mantiene la cohesión de esta sociedad, y desaparecerlas representaría un problema social mucho mayor.
Es extraño que, teniendo tantos urbanistas, sociólogos y politólogos tan importantes en las universidades poblanas, lo primero que hicieron los diputados fue decir que sí a la propuesta de Gali Fayad. ¿Por qué los diligentes empleados del Poder Legislativo no realizan un estudio o algunos foros al respecto? Pregunto. O mejor, ¿por qué no le preguntan a quienes viven en estas 17 demarcaciones de la ciudad?
Está claro que la propuesta del presidente municipal electo no salió de la manga. También, queda en evidencia que el tema no se resuelve de la noche a la mañana. Lo que sí es inadmisible es que los empleados del Legislativo sigan mostrando su ignorancia y lambisconería.
¡Qué vergüenza! Y eso que la propuesta es sólo para las 17 juntas auxiliares de la capital. ¡Imagínese si analizan todas las del estado!