La operación del ejecutivo del estado de quitarle diputados al PRI en la última parte de la Legislatura debiera ser motivo de júbilo entre los priistas, ya que si analizamos el bloque de estos cinco diputados nos daremos cuenta que son mera pipitilla.
Basta con echar su simple vistazo a su historial legislativo para descubrir que los cinco neomorenovallistas son verdadera pipitilla tricolor.
Por donde le busquen, tanto en su paso por el Congreso local como en su andar por la política, impera su mediocridad.
Un dato relevante es que de las cinco adquisiciones morenovallistas son prácticamente inexistentes sus iniciativas de ley presentadas y aprobadas por esta Legislatura.
Esta quinteta de burócratas legislativos acude a la sesiones únicamente para pasar lista, cobrando una jugosa dieta mensual.
El bloque de los cinco, compuesto —por no decir descompuesto— por Elvia Suárez Ramírez, Zenorina González Ortega Juan, Manuel Jiménez García, Felipe Ramón López Campos e Iván Conrado Camacho ha formado parte desde siempre del bloque de levantadedos morenovallista.
Su renuncia a la fracción parlamentaria del PRI es una acción de mero formulismo, toda vez que su voto incondicional en favor de los intereses de Casa Puebla es evidente y está documentado con las bitácoras de las votaciones de cada sesión.
En términos coloquiales podemos decir que salieron del clóset, ya que desde el inicio de la Legislatura vendieron su alma al Señor de Los Cerros a cambio de un puñado de monedas.
Un ejemplo de lo que representan estos cinco personajes lo tenemos en la figura de Juan Manuel García Jiménez, diputado por Ciudad Serdán, quien se ha destacado por no haber subido nunca a la tribuna del Congreso y por ser el más faltista de todos. 
Por cierto, García Jiménez es de los que ha levantado la mano para votar todas las iniciativas del gobernador. Esta “lealtad” es un asunto de sangre, ya que es pariente de los Morales, quienes son los precursores de la traición tricolor en favor del hoy gobernador.
Sería extenso señalar caso por caso, pero algo que retrataría a la perfección el nivel de esta quinteta, sería poner a leer en público a Juan Ramón Jiménez y a la “profesora” Zenorina González Ortega, para darnos cuenta que con apuros saben leer.
En conclusión, el hecho de que hoy le queden nueve diputados PRI no debe ser motivo de escándalo, ya que con los cinco traidores o sin ellos, el morenovallismo tiene mayoría.
Y no hay que descartar la posibilidad de que además de los cinco haya quedado algún espía.
El morenovallismo a ultranza de estos cinco judas nunca estuvo en duda.
 
La corrupción en el INM
La semana pasada, en la comparecencia del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, un grupo de diputados del PAN encabezados por Rocío Rezza le tundieron al titular del Instituto Nacional de Migración Ardelio Vargas, por toda la corrupción que impera en esa dependencia, donde los delegados estatales no cumplen con los perfiles necesarios para desempeñar sus cargos con eficiencia.
La comparecencia de Osorio resultó francamente tersa, excepto por el caso del INM, donde el extitular de Seguridad Pública, el poblano Ardelio Vargas, ha vuelto a hacer de las suyas.
En mi entrega del día de mañana les haré un recuento de las acciones de corrupción que se viven en el Instituto Nacional de Migración bajo la autoría de Vargas Fosado, las cuales fueron descritas en esta columna desde hace varios meses.
Que conste que se los dije.