No para de lloverle al Partido Revolucionario Institucional. En pleno proceso de transición en el municipio de Tehuacán, los militantes tricolores, quienes recuperaron la administración y se preparan para arribar el próximo mes de febrero, simplemente no se ponen de acuerdo.
Hace unos días un grupo de priistas intentó tomar las instalaciones del comité municipal argumentando que el instituto requiere de un liderazgo real. El expresidente del expartidazo, Jacobo Aguilar Sánchez, quien renunció para contender cómo candidato suplente de Luis Cobos, aspirante a diputado local, alborotó a unos cuantos y amagó con irrumpir en las instalaciones ubicadas en la colonia Hidalgo de aquel municipio.
Según él, merece regresar a la presidencia del comité municipal, sin embargo, su trabajo político como exlíder y suspirante dejó mucho que desear y la militancia no sólo rechaza su regreso, sino que repudia su permanencia dentro del partido. La semana pasada, Aguilar Sánchez llegó con un pequeño grupo de seguidores a la sede del PRI y amenazó con tomar las instalaciones hasta ser restituido como líder. Ante los hechos, el resto de los priistas no sólo se burló de sus intenciones, sino que dejó que ingresara y se sentara en lo que alguna vez fue su silla. 
Fue entonces cuando el pobre Jacobo Aguilar Sánchez recordó que podrá estar sentado en el que fue su escritorio, dormir en las instalaciones del Revolucionario Institucional, hacerse pasar y creerse el presidente del comité municipal tricolor pero, si el Comité Estatal —a cargo todavía de Pablito Fernández del Campo— no le toma protesta, todo lo que haga o deje de hacer es puro “circo”.