Le aseguro al amable lector que no es la primera vez que el Poder Judicial de Puebla se enmaraña en casos de corrupción donde los principales involucrados son jueces, pero sí es de las primeras ocasiones en que el cinismo de los involucrados y sus componendas son tan grandes que “se pasan por el arco del triunfo” a la justicia poblana.
Y conste que en este momento un servidor no se va a referir al juez de Tepeaca, José Luis Arenas Juárez, cuya señora madre, la magistrada María de los Ángeles Juárez Hernández, ya hizo la “labor política” para sostenerlo en Tepeaca y para evitarle que pise la cárcel, sino de cuatro jueces de lo civil que se encuentran implicados en el mismo caso de corruptelas y abusos.
De los más recientes, los jueces Armando Pérez Acevedo, juez cuarto de lo civil, y Rosalba Pantoja Vázquez, quienes, según una queja y denuncia presentada por Gabriela Palacios Sánchez, y contando con la complicidad de Carlos Enrique Rojas Placencia, director general de la Comisión Administrativa de la Junta de Administración del TSJ, y Héctor Efrén Heredia Saucedo, jefe del Departamento de Depósitos y Fianzas, “jinetearon” un juicio ejecutivo mercantil para desviar un pago de casi 4 millones de pesos.
La “alquimia” con la que operaron estos cuatro servidores públicos sirvió para que le recuperaran a la empresa FHTDA Santo Domingo más de 3 millones 600 mil pesos que les habían sido embargados para pagarle a la afectada, pero cuando ésta quiso recuperarlo resulta que a se había adelantado otro para llevarse esa suma y cuando reclamó la respuesta cínica fue: “El primero en tiempo no siempre es primero en derecho”.
Pero, ¿y la “fuga” de información?
De todas formas, estos servidores públicos adelantaron que les van a “pelar” quién sabe que cosa.
¿Será?
En Tecamachalco no tocan mal las rancheras
Pero si de abusos y excesos se trata, Araceli María de la Luz Díaz Carcaño, juez de lo civil de Tecamachalco, no “canta mal las rancheras” y, tras las quejas que en este espacio se han comentado, ahora acude a las “famosas” comidas de barbacoa en Palmar de Bravo con la secretaria de Acuerdos Beatriz Tamayo Gutiérrez, sobrina del exmagistrado Federico González Tamayo.
Lo malo es que se dijo que en el negocio de la venta de barbacoa es donde se discuten y se reparan casos civiles, y como muestra les reproduzco un breve texto de una carta enviada a esta columna.
“Dicen que al hombre se le conquista por el estómago pero también a jueces magistrados y que más idóneo que una barbacoa de Palmarito Tochapan que para amarrar o festejar un buen asunto o para que uno u otro litigante presuma estar codo a codo con la cúpula del Tribunal Superior de Justicia y pedir favores a nombre de uno que otro magistrado porque yo creo que por un consomé acompañado de un plato generoso de barbacoa los señores magistrados manchen su reputación sin olvidar el clásico desempance”.
En la siguiente entrega le voy a detallar un caso de corrupción e impunidad de este Juzgado.
En Huejotzingo, otro juez, pero de lo Civil
Y si de complicidades y corruptelas se trata, ¿qué pasa con el juez civil Roberto Mendoza Salmorán?, quien ya fue denunciado por delitos en la administración de justicia y por el incumplimiento de un deber legal.
El juez fue acusado de haber retardado y entorpecido maliciosamente en más de una ocasión la administración de justicia, al omitir o dilatar de manera arbitraria el dictado de una resolución de trámite, lo que atenta en contra de la garantía de audiencia y de impartición de justicia.
Sin embargo, el empleo de este juez, lo mismo que el de Tepeaca, la de Tecamachalco y los dos de Puebla, goza de “cabal salud” y ni siquiera va a ser suspendido de su trabajo mientras se les realiza una investigación.
Pero es lógico, si comenzaran a “ajusticiar” a jueces corruptos, ¿quién chingaos’ va a apagar la luz antes de salir?
Nos vemos cuando nos veamos.
Twitter@PonchoPosa