El pasado miércoles, el ayudante de prensa de Jorge Aguilar Chedraui se molestó por la pregunta que se le hizo a su jefe acerca del tianguis de Villa Verde y agredió al reportero con un golpe en el brazo, cuando se realizaba la entrevista, pero que le quede claro que esto no intimida, sólo muestra la mediocridad de su trabajo.
El personaje, de nombre Jorge Cravioto, al darse cuenta de su error, se disculpó, pero queda el antecedente y ya se sabe cómo será cuando esté en el Congreso del estado, un perro fiel cuidando a su amo. (FSN)
 
El mito urbano
Humberto Roque Villanueva no tuvo miedo a hablar de la roqueseñal, y reconoce que es un “mito urbano” que lo sigue desde 1995 pero que ya fue aclarado, y recordó que recientemente Javier Lozano Alarcón quiso manejarlo pero un periodista le dijo: “Tú no estabas ahí, yo sí, a sólo dos metros, y nunca lo hizo”.
Muchos aprendices de la política tendrían que aprenderle al priista el saber responder preguntas difíciles sin perder el estilo. (FSN)
 
Contra gordos e hinchados
En su informe, el auditor superior David Villanueva Lomelí dijo que en su campaña “Rinde cuentas a tu salud” logró que 100 de los participantes bajaran, en conjunto, 400 kilos.
El dato muestra que no quiere que su personal esté gordo ni los presidentes municipales y demás sujetos de revisión salgan “hinchados” de dinero mal habido. (FSN)
 
De aviadores, al nepotismo ilustrado
Dicen los que saben que en el sistema educativo poblano, junto con los “aviadores” reales, que están multiplicados en las escuelas, también existen muchas esposas de funcionarios que están comisionadas en dependencias de la Secretaría de Educación Pública (SEP) pero que no llevan a cabo ninguna actividad escolar; algunas de ellas comisionadas en supervisiones de educación superior, pero además hay muchas que tienen plaza pero que nunca en su vida han estado frente a grupo y no pretenden hacerlo, por lo que la salida efectiva es comisionarlas de apoyos en cualquier actividad y así justifican su presencia en el sistema escolar poblano. Son muchas y tienen nombre y apellido, por lo que el censo de profesores y escuelas tiene que arrojar esos datos concretos, porque de lo contrario eso se llamará complicidad de las autoridades educativas poblanas, que las conocen y hasta las tratan personalmente. (SVC)