En su encuentro con los diputados federales, el Señor de los Cerros presentó el proyecto de un tren eléctrico con un trayecto del Museo del Ferrocarril a Cholula confirmando lo publicado en esta misma columna hace apenas dos meses.
Debo reconocer que esta vez escucharon a este columnista, toda vez que fue modificado el proyecto original que implicaba un recorrido de 50 kilómetros de la 11 Norte hasta la Exhacienda de Chautla, para quedar en un trayecto hasta Cholula.
Sin duda, la ocurrencia morenovallista dará mucho de qué hablar, y en este espacio le daremos un permanente seguimiento.
Por lo pronto —y sin falsas modestias—, permítanme retomar las dos entregas en donde hice gala de mis “sorprendentes” dotes de clarividencia. Ahí les van.
 
Contracara
6 de septiembre de 2013
 
¿Y qué tal un acuario o un tren bala?
Hoy que vivimos en el estado de las puntadas y las ocurrencias como sistema de gobierno, no estaría mal que el Señor de los Cerros abriera una consulta popular para que los poblanos pudiéramos presentar las nuestras, y así enriquecer el parque de diversiones en el que ha convertido a la Angelópolis.
Me parece que si en Puebla la mayoría de los ciudadanos votaron por él, también tienen el derecho a participar en el festival de las ocurrencias para poder democratizar nuestro nuevo parque temático.
Si bien es cierto que las “geniales” ideas, como las de la ruedota de la fortuna y el teleférico difícilmente se nos hubieran ocurrido a cualquiera de nosotros los mortales, también es un hecho que como poblanos podemos aportar nuevas ideas para seguir haciendo de Puebla una ciudad de primer mundo.
Así las cosas, y sin el ánimo de competir con el talento creativo de nuestro gobernador, me permito proponer un par de ideas para enriquecer nuestro próspero centro de diversiones.
De entrada, se me ocurre la construcción de un gran acuario para poder exponer las especies y criaturas que habitan tanto en el lago de Valsequillo como en los ríos Atoyac, Alseseca y Zapatero.
Imagínese usted el orgullo que representaría para los poblanos que nuestros visitantes asistan al “acuario más grande del mundo”, igual que nuestra rueda; aunque para lograr la certificación tengamos que decir que es el más grande del mundo pero de los que tienen peces provenientes de aguas negras.
A fin de cuentas, Guiness certifica cualquier ocurrencia a cambio de un billete. 
Y si mi idea del súper acuario no cumpliera con las ambiciones del Señor de los Cerros, se me ocurre la construcción de un tren eléctrico, similar al que cruza Disneylandia, para que nos traslade desde la Estrella de Puebla hasta la Exhacienda de Chiautla.
Ante la falta de un palacio como el de Versalles, o un castillo como el de Buckingham, los poblanos podríamos viajar en un tren bala para llegar en cuestión de minutos a la Exhacienda de Chiautla y caminar por los jardines de este edificio, que pese a no tener ningún valor histórico ni arquitectónico es lo que más se le acerca a los grandes palacios europeos.
Con estas nuevas atracciones, Puebla tendría rueda de la fortuna como Londres, teleférico como Masada, acuario como Atlanta, tren bala como Tokio y castillos como Paris.
Lo increíble de este asunto es que, aunque usted no lo crea, en la cabeza del gobernador ronda una de las dos ideas que hoy les presento como propias.
No se rían y tómenlo con la seriedad del caso, porque en Casa Puebla se trabaja en el proyecto de una de estas dos ideotas, para sumarse a la Puebla de fantasía que el Señor de los Cerros nos quiere heredar a todos los poblanos.
Les dejo de tarea adivinar cuál es el nuevo sueño morenovallista: si la construcción de un súper acuario con especies provenientes de nuestros veneros acuíferos o instalar un tren bala que una a la Estrella de Puebla con la Exhacienda de Chautla.
Total, qué más da que Puebla tenga el índice más alto en cuanto a pobreza extrema de todo el país, si podemos tener el parque de diversiones más grande del mundo.
Si yo fuera Disney, me pondría a temblar.
 
 
Contracara
9 de septiembre 2013
 
Un tren, la nueva ocurrencia
En respuesta directa a mi columna del viernes pasado, recibí una serie de correos y mensajes vía Twitter, los cuales me confirmaron que en Casa Puebla ya se trabaja en el proyecto de un trenecito con destino a la Exhacienda de Chautla.
Lo que irónicamente publiqué en mi entrega anterior provocó el enojo de las huestes morenovallistas, que intentaron justificar el proyecto comparándolo estúpidamente con el Tequila Express y con el Chepe, que recorre las Barrancas del Cobre.
Con la información de los morenovallistas indignados, implícita en la avalancha de correos electrónicos recibidos en mi cuenta, descubrí que Puebla gastará una millonada para construir una vía que desplace al que será el nuevo juguetito del Señor de los Cerros.
De acuerdo con estos datos, deduzco que el trenecito morenovallista viajará de la antigua estación del ferrocarril de la 11 Norte hasta las inmediaciones de la Exhacienda de Chautla.
Partiendo de la base de que las vías que originalmente se utilizaron en la antigua estación del ferrocarril en su mayoría ya no existen, se tendría que construir una nueva vía de 50 kilómetros, con los derechos de paso correspondientes, los cuales se traducirán en una auténtica millonada.
Es inconcebible que teniendo tantos tesoros reunidos en nuestro Centro Histórico, el gobernador piense en gastar una fortuna en un nuevo capricho. Además, el trayecto de Jalisco fue construido aprovechando una estación en funcionamiento y las vías existentes, por lo que sólo se tuvieron que añadir los tramos de vía para llegar a la Casa Herradura, la cual participó en el proyecto.
En el caso de Puebla, la inversión tendría que ser total, ya que no existe un sistema de vías instaladas, ni la terminal funcionando, ya que fue habilitada como museo. Por otra parte, el Tequila Express sólo hace dos viajes a la semana (uno el sábado y otro el domingo), saliendo a las nueve de la mañana y retornando al atardecer, con un cupo para 200 personas y un costo de mil 200 pesos por persona. En ese mismo esquema, tenemos que traslada a mil 600 personas al mes, lo cual no justificaría por ningún lado una millonaria inversión.
Hay que considerar que de Puebla a la Exhacienda de Chautla se tendrían que construir 50 kilómetros de vías, lo que representa por lo menos 50 millones de dólares, a razón de un millón de dólares por kilómetro, sin contar el derecho paso, que implica la compra de los terrenos por los que pasará el trenecito.
De tal manera que estamos hablando de una inversión más que absurda, si consideramos el costo-beneficio del proyecto. Está de más comparar esta locura con el famoso Chepe, que recorre las espectaculares Barrancas del Cobre.
Lamentablemente, la ocurrencia morenovallista será anunciada en cualquier momento, sin que nada ni nadie pueda detenerla.
Y así juran que “lo mejor está por venir”.
 
Conste que cantado vale doble.