En verdadero olor a multitud ha salido a hombros Arturo Macías por la puerta de “El Encierro” del coso de Insurgentes
 
Se llamó “Tito”, negro bragado, listón, meano, calcetero, cornivuelto, con el número 30 en el costado y 475 kilos, de las dehesas jalicienses de La Punta, de los hermanos Vaca; aunque mejor debió llamarse “Tapa-bocas”, por el resultado de su faena, habiendo sido por cierto el único de los seis del encierro que funcionó, sin llegar a ser un toro de bandera; noble lo fue, pues prendió feamente a su lidiador, sin certeza en el hachazo y sin buscarlo con codicia en el suelo a donde de manera afortunada cayó el de Aguas, recibiendo el golpe —de caída— en un glúteo y no en la parte terminal de la columna vertebral, donde tiene antecedentes de serias lesiones. 
Y decíamos que el negro burel del encierro debió llamarse “Tapa-Bocas” debido a que cada vez son más frecuentes y constantes los triunfos rotundos del cejijunto, pero a la vez cada vez son más frecuentes los berrinches, revolcones de coraje y mimiquis que hacen sus enemigos, que como buen triunfador los tiene a montones; envidiosos que se deshacen en agrios y amargados comentarios cada vez que Arturo levanta ambos brazos con sendas peludas en las manos. 
De azul rey y bordados en oro con cabos y remates blancos ha salido Macías, que ha mostrado gran variedad en las suertes con el capote, muy ajustadas y llenas de gran verdad como es el toreo valiente que él hace. Con esta salida a hombros completa el también muy envidiable número de ocho salidas en son de triunfo: Pero lo más importante es su reencuentro con las tardes de gloria y mostrar que de manera definitiva se encuentra de nuevo trepado en el carro de los triunfadores. 
Los otros dos alternantes, él otro coleta aguascalentense Fabián Barba y el salmantino Pedro Gutiérrez Lorenzo no han tenido la suerte que anhelaban con los toros de sus lotes. Sobre todo el llamado “Capea”, quien tras el burladero de matadores ha mostrado un rostro verdaderamente apesadumbrado por la suerte corrida e incluso a través de su twitter se manifestó con gran desilusión y desencanto por no haber podido mostrar nada de los avances en su quehacer torero ante la afición de un plaza que tanto representa para él y su progenitor, uno de los toreros, definitivamente más queridos en la historia de ese coso. Sabe bien que vendrán otras oportunidades y ocasiones, pero el que no haya podido ser en esta tarde mucho le ha afectado en su vergüenza torera, porque vaya que si es de los toreros que tienen de eso, bastante. 
Mucho se ha dicho que los principales enemigos de la fiesta están dentro, gran verdad, que si todos nos abocáramos a resaltar lo bien y triunfante que anda la fiesta, nuestra fiesta, con toreros como Pizarro, Jerónimo y Arturo Macías, amén de la nueva baraja con Adame y los de las “eses”: Juan Pablo, Silveti y Saldívar, quienes, por cierto, machitos que son, se enfrentan este domingo a un muy bien maiceado encierro de La Joya. De verdad, cuánto gusto dan estos triunfos y estos carteles con la sangre nueva del toreo mexicano, sangre que es ya más de realidades que de esperanzas. 
 
Variado artístico y de mucho valor y arte resultó el toreo de capa de “El Cejas”