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Los narcos y Puebla
La detención de Daniel Fernández, alias “El Pelacas”, en La Vista pone en evidencia una vez más cómo los integrantes del crimen organizado tienen en Puebla un paraiso para vivir a sus anchas.
Alparecer, éllos viven entre nosotros, se pasean como si nada, sin que nadie los moleste.
Pero esto no es nuevo, el 10 de agosto de 2011, en este mismo espacio les conté de cómo los diferentes grupos delictivos tiene presencia en el estado.
Retomemos un fragmeto de aquella columna.
¿Y las narcomantas?
Aunque para los funcionarios morenovallistas, las “narcomantas” que amanecieron en tres puentes de la capital parecen no importar, la realidad es que son muchos los actos delictivos recientes que pueden estar íntimamente relacionados con estos mensajes.
Si hacemos un recuento de las notas periodísticas firmadas por los reporteros de la nota policíaca, particularmente las del experimentado y probado Alfonso Ponce de León, tenemos que en Puebla existen huellas que implican a los cárteles más importantes del narcotráfico nacional.
Para los poblanos, el grupo de los Zetas resulta sumamente familiar, sobre todo por los acontecimientos delictivos en la Sierra Norte y la franja que va de Tepeaca a Tehuacán, hasta los límites con Veracruz.
También se ha mencionado a La Familia Michoacana como otro de los presuntos grupos del crimen organizado que tienen intereses en la zona, sobre todo en los límites con el estado de Morelos.
Otro de los grupos que han sido relacionados con nuestro estado es el del desaparecido Arturo Beltrán Leyva, del cual se deriva el Cártel del Pacífico Sur, mismo que se sospecha ha operado en la región.
Uno más de los grupos relacionados en Puebla tiene que ver con el más fuerte de todos, que no es otro que el Cártel de Sinaloa, del cual aseguran ha convertido a Puebla en zona de paso, para posicionarse en el estado de Veracruz.
Y por si algo nos faltaba, ahora —según el contenido de estas “narcomantas”— también hay que tomar en cuanta al poderoso Cártel del Golfo.
Por supuesto, ninguna versión está oficialmente confirmada, pero hay que partir de la base de que es una constante de las autoridades negar la presencia de los grupos del “narco”, como si con estas posturas se resolviera algo.
Así las cosas, todos esperaríamos explicaciones de las autoridades, y también estrategias concretas; sin embargo, cuando la posición oficial es la negación de los hechos, no podemos pensar en estrategias de defensa.
En los últimos días he escuchado a muchos ciudadanos que manifiestan su preocupación por estos avisos, los cuales queremos se queden en eso: en simples avisos.
Desafortunadamente, la experiencia vivida en otros estados nos hace pensar que el enemigo acecha, y que autoridades y ciudadanos debemos estar atentos.
Hasta aquí la obligada cita.
A tres años, la realidad parece no cambiar mucho. La ola de inseguridad sigue en aumento. La estrategia de seguridad de las autoridades locales naufraga; sin embargo, insisten en calificar hechos como el del pasado miércoles como “casos esporádicos”.
Con el paso de los años el estado se convirtió en un punto estratégico para las operaciones del crimen organizado. Y los capos ven en Puebla un lugar para vivir sin contratiempos.
Que conste que se los dije.