Con una vergonzosa actuación cerró la LVIII Legislatura local, integrada mayoritariamente por diputados ligados al actual grupo en el poder.
Hace un año los legisladores presumieron una de las calificaciones más altas que otorga Ciudadanos por Municipios Transparentes (Cimtra), que es una iniciativa ciudadana implementada por organizaciones civiles con objetivos institucionales diversos pero con un objetivo compartido: medir la transparencia en los gobiernos locales. 
Cada organismo civil participante aporta, mediante sus integrantes, esfuerzos voluntarios para promover la transparencia y rendición de cuentas de los gobiernos locales.
El año pasado, como se recordará, el Congreso obtuvo una calificación de 7.3, la más alta aplicada por el organismo durante sus evaluaciones, sin embargo, para este año perdieron 4.3 unidades. Y, peor aún, sólo lograron aprobar uno de los ocho rubros que analiza Cimtra.
En Control Interno, que implica tener a la vista los informes periódicos de la actividad de la Contraloría Interna en materia disciplinaria, los diputados fueron evaluados con cero puntos, es decir, no existió el menor sistema de transparencia, ya que no existen observaciones del ejercicio y aplicación del gasto de diputados, órganos y dependencias de la Legislatura para su consulta.
En Vinculación Ciudadana, la Legislatura pasada se ubicó con 35.29 puntos, es decir, una calificación de 3.5 en escala del uno al 10. Este apartado mide la participación ciudadanía y la vigilancia de la actividad legislativa, la interrelación entre la Legislatura y la sociedad para el diagnóstico, la agenda legislativa, el diseño y la consulta de proyectos de iniciativas.
Además, obtuvo 40 de 100 puntos posibles en transparencia de gasto, debido a que no se tiene el reporte completo sobre los recursos económicos adicionales a la dieta que reciben los diputados para su trabajo en el ámbito legislativo, gestoría y vinculación con la ciudadanía.
El único resultado positivo fue el alcanzado, de 83 puntos, en Integración y Estructura, debido a que el portal del Congreso sí indica los grupos legislativos a los que pertenecen los legisladores y quiénes son diputados independientes.
Sin embargo, apenas llegó a 33.9 puntos de 100 en Desempeño Legislativo, ya que existen deficiencias en la información mensual sobre el trabajo y la productividad de cada diputado.
En el rubro de Documentación Legislativa, los diputados locales de Puebla fueron evaluados con 15.6 puntos. La baja calificación se debe a las deficiencias en los documentos publicados sobre leyes, códigos, reglamentos y acuerdos.
La evaluación en el rubro de Administración fue de 4.3 puntos de 100 posibles, debido a que no se encontraron los proyectos de presupuesto anuales aprobados por la Legislatura. Aquí tampoco hubo desglose de los montos asignados a diputados, órganos y dependencias. Mientras que el Acceso a la Información Pública quedó con 27.27 puntos.
Sin duda, el último año de la LVIII Legislatura fue desastroso. Ya en 2013 los diputados de Puebla tuvieron el mejor desempeño de sus evaluaciones, con una calificación global de 73.6 puntos. En 2012 apenas lograron una calificación 5.6.
Resultados vergonzantes.
Y el reto de la LIX Legislatura es revertir la tendencia y consolidar lo que se perdió por descuido o intereses de grupo.