A los habitantes de la zona de las dos Cholulas sólo les falta que pase un perro y los orine. Tienen encima la presencia del crimen organizado, que les ha dejado como consecuencia extorsiones, “levantones”, venta de drogas, homicidios, y ahora resulta que sus mismos cuerpos de seguridad “les dan la espalda”.
Ya no es noticia que seis elementos de la Policía Municipal de San Andrés Cholula estén bajo arraigo de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) por estar implicados con el crimen organizado, además del asesinato de un hombre al que fueron a tirar a orilla de la autopista, luego de que no pudo reunir una “cuota” de 50 mil pesos para que no lo detuvieran por delitos federales.
Tampoco es noticia que en zonas como Sanctórum, Almecatla —las dos, juntas auxiliares de Cuautlancingo— y este mismo municipio, se ha dado el incremento de venta de drogas como la heroína, o que en esta zona existe el robo de productos de Pemex y quienes lo perpetren estén implicados en el crimen organizado.
Y es esta misma zona donde se ubican conjuntos residenciales donde a través de los años se ha detectado la presencia de capos que han decidido tener residencia, desde “El Chapo” Guzmán, Benjamín Arellano Félix, los Beltrán Leyva hasta “zetas”, y ahora, para acabarla de “amolar”, un cuerpo “elite” de seguridad se está dedicando a los “levantones”.
El Centro de Operaciones Estratégicas
Desde San Andrés Cholula funciona el Centro de Operaciones Estratégicas (COE), donde se coordinan las corporaciones policíacas federales y las estatales, además de municipales, para combatir delitos graves, principalmente el “narcomenudeo”.
En esta misma tarea y departamento se encuentran agentes del Ministerio Público del fuero común y del federal, además de especialistas para conocer todo tipo de drogas.
En este espacio se dieron a conocer diversos trabajos de investigación y detención que realizó el COE, donde se mezclaba la investigación y la detención, coordinada con una orden legal para cateos e intervenciones.
Pero “no todo lo que brilla es oro”, también existe un grupo de policías que pertenecen a este grupo que se dedica a secuestrar a vendedores de droga para cobrarles primero 50 mil pesos para dejarlos en libertad, otra cantidad similar cuando pasan ocho días del “levantón”, y luego el cobro de una renta mensual para dejarlos “trabajar”.
Así las cosas, tanto la Procuraduría General de Justicia como la delegación Puebla de la General de la República (PGR) dejaron de recibir informes de detenciones o de investigaciones, todo se limitó a “sin novedad”.
Sin embargo, pese a ese “sin novedad”, en los “antros” que se ubican en San Andrés Cholula, desde la 12 Oriente —donde se encuentran los contenedores— hasta la 14 Oriente se vende todo tipo de drogas, desde cocaína, heroína hasta ácidos, crack y metanfetaminas, y la conocida como “cristal”.
Muchos de estos vendedores de droga tienen una historia similar, fueron detenidos por un grupo del “COE” y tras despojarlos de fuerte suma de dinero ahora tienen que entregar una “cuota” para que les permitan seguir trabajando.
Este grupo del COE opera —como mínimo— con cinco elementos; circulan en dos camionetas y se valen de informes confidenciales de denuncias ciudadanas para ubicar a los “narcomenudistas” o a sospechosos de la venta de drogas, tienen toda la oportunidad de solicitar antecedentes de los sospechosos y de seguirlos mediante la intercepción de llamadas, hasta que logran ubicarlos. Lo malo es que no los remiten a una autoridad, como debe ser, sino que los despojan de fuertes sumas de dinero y luego les permiten que vendan en las mismas zonas de los “antros”, donde la mayoría de los clientes son jóvenes de 16 a 20 años de edad, a quienes consideran sus “clientes potenciales”.
Estos malos policías fueron señalados de ser quienes han “levantado” a varios sospechosos de venta de drogas, a quienes después dejan en libertad, aumentando los rumores de que el crimen organizado está secuestrando gente.
Las quejas han llegado a esta columna, donde quienes los han visto operar piden toda la discreción necesaria, porque estos agentes son más peligrosos que los del crimen organizado: tienen licencia para allanar, detener y extorsionar.
A éstos, ¿quién los para?
Nos vemos cuando nos veamos.