Florentino Téllez Bernal, “El Mago”, tiene más de siete vidas.
El lunes 5 de mayo fue atendido y trasladado a un hospital de la ciudad de Puebla por paramédicos que lo atendieron, luego de que su caballo le cayó encima, fracturándole siete costillas y el omóplato.
El charro poblano en momentos estuvo a punto de perder la vida y en estos momentos se recupera de sus lesiones.
Téllez Bernal es sobreviviente nato de varias administraciones de procuradores, sus litigios han sido polémicos, muchos han querido imitarlo pero no tienen los “tamaños” y terminan siendo leguleyos; ahora le ganó una partida a la muerte.
“El Mago” se restablece, en breve será protagonista de historias del “lado oscuro” del corazón humano.
Suerte.
Los intolerantes falsos
Un reporte de la Policía Ministerial (PME) ubica a sujetos que viajaban en un vehículo tipo americano y quienes se hicieron pasar como reporteros de esta casa editora, pero además eran prepotentes y paranoicos; la solicitud a quienes los encontraron fue que si no se identificaban debidamente deberían ser detenidos y presentados ante una autoridad competente. Y es que abundan los farsantes.
Figúrese, lector, que algunos de estos farsantes se dedican al litigio y se dicen periodistas y no son “reporteros” ni “asesores legales” ni “socios”. No son nada.
Usted debe estar enterado que desde las entrañas de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) opera una banda que se dedica a las estafas, con la ayuda de un seudo abogado, que además se dice periodista.
Sus víctimas son detenidos por delitos, en muchos casos no graves, que con una simple fianza y una defensa de oficio —gratis— pueden quedar libres, a quienes les piden cantidades considerables de dinero o “favores sexuales” para que puedan obtener su libertad, pero antes los asustan aprovechándose de que no conocen sus derechos. Vaya, hasta a los jueces se “vacilan”.
Estas bandas operan desde las guardias de todas las comandancias de la Policía Ministerial Estatal; la comandante Margarita detectó sus operaciones y terminó amenazada.
La organización la componen comandantes, jefes de grupo y agentes, todo lo tienen infiltrado, hasta la zona de arraigos.
Todos los días les sale un “cliente”; los “cañonazos” no bajan de 50 mil pesos.
“¡Viva la impunidad!”.
Alfredo Muñoz Tecalero, clave Plata
Usted debe de recordar al comandante Alfredo Muñoz Tecalero, de los pocos que tienen carrera policial y de los más capacitados para entrarle al crimen organizado; antes fue comandante antisecuestros y su profesionalismo fue la causa de muchas y muchas notas policiacas.
Hoy el comandante Tecalero o “Plata”, clave de esta nueva administración, adscrito a la Séptima Comandancia, fue acusado por abusivo y corrupto.
Quien envía la carta es un jefe de grupo o “Bronce”, quien dice que desde hace tres años ha sido víctima del comandante Tecalero, a quien le tiene que pagar una “renta” para que le permita tener vehículo para desempeñar sus funciones.
Además, tiene que entregar dinero para que le toquen órdenes de aprehensión, a las que les llaman “calientitas”, de las que los abogados pagan buenas “gratificaciones”, además de que también debe “entrarle” para poder descansar los fines de semana, después de extenuantes horas de trabajo.
Quien no le “entra” termina haciendo guardias en hospitales o donde les indiquen.
En esa Séptima Comandancia también abunda personal con privilegios, a quienes “los de arriba” les encargan tareas de dirección o coordinación, cuando sus únicas cartas de presentación es ser amistades de los jefes, incluyendo el clave “Titán”, tratándose de Alfonso Juárez o José Luis Jiménez Morales, además de una criminóloga, Karla Ivone García García, a quien preparan para que se haga cargo de esa Séptima Comandancia pasándose por “el arco del triunfo” los requisitos para ocupar esos cargos.
Luego le cuento más.
Nos vemos cuando nos veamos.