El caos que miles de poblanos padecieron la noche del lunes por el bloqueo de la autopista México-Puebla, por parte de los propietarios de los llamados mototaxis, exhibe al gobierno del estado por su ineficacia para resolver un conflicto surgido desde el inicio del sexenio, cuando se intentó desaparecer a estas unidades a través de un turbio programa plagado de intereses y corrupción.
Lo sucedido hace dos noches confirma que ni la Secretaría General de Gobierno ni la de Transportes han podido resolver de fondo un conflicto como el de la desarticulación de las redes de mototaxis en todo el estado.
Es evidente que la salida del Zar del Transporte, Carlos Manuel Zurita, de la Subsecretaría de Transporte no logró desarticular a la mafia que impera al interior de esa dependencia, la cual sigue apoderada de los grandes negocios, bajo la tutela del propio Zurita, quien sigue moviendo los hilos de la misma.
En esta columna describí la forma en que se operaba el proyecto de desaparición de los mototaxis, sin que nadie haya hecho nada para disolver a la mafia, y el negocio existente detrás de este programa, lo que impidió resolver el problema de fondo.
A dos años de distancia, sobra decir que la bomba está a punto de estallar.
Y como cantado vale doble, retomaré la columna en la que denuncié el modus operandi de esta mafia:
 
Contracara
Viernes, 25 de mayo de 2012
 
Denuncian corrupción en la Secretaría de Transportes
 
Un sinfín de corruptelas son las que suceden diariamente en la Secretaría del Transporte, a través del segundo de abordo de esa dependencia, Carlos Manuel Zurita.
Entre sus negros proyectos se encuentra el programa “2 por 1” para el canje de mototaxis. Quiero suponer que a las espaldas del titular, Bernardo Huerta, su subsecretario se ha dedicado a “depurar” el programa de sustitución de mototaxis para beneficiar a sus amigos. Hasta ahora son cien las unidades de taxis locales que se han entregado, abarcando sólo un 10 por ciento del total de lo que hasta ahora debiera haber avanzado el programa.
Sin embargo, lo que está dando resultados es el negocio que fraguó el responsable de este programa, Carlos Manuel Zurita, para que sean unos cuantos los que reciban sus nuevas unidades.
Recordemos que el proyecto original implica que los propietarios de los mototaxis entregarán sus unidades a cambio de 10 mil pesos, los cuales se depositan a una financiera como enganche, con lo cual reciben su automóvil nuevo con un crédito a largo plazo.
Hasta ahí todo suena lógico y entendible.
Sin embargo, en días pasados se presentaron en el auditorio de la Secretaría de Transportes un grupo de propietarios de mototaxis para desnudar el negocio que realizan los funcionarios de la ST para el canje de unidades, describiendo el modus operandi de Zurita y compañía. Los indignados del transporte denunciaron que se están beneficiando personas ajenas a los mototaxistas y que las unidades se las otorgan a terceros. Es decir, a través de este sistema el subsecretario encontró la forma de otorgar nuevas licencias de taxis a sus amigos, simulando que eran dueños de mototaxis. En resumen, entregan documentos de mototaxis “pirata”, para que —a cambio— les entreguen sus placas de taxi sin costo oficial.
¡Vaya negocio!
Con unos cuantos pesos compran un mototaxi viejo, incluso lo fabrican y reciben a cambio los 10 mil pesos del enganche y el permiso oficial de taxi local. Todo indica que los responsables directos de esta transa son el subsecretario Carlos Manuel Zurita, a través de su secretario particular, Sebastián Lagunes Reyes, gente cercana al extitular de la antigua SCT, Rómulo Arredondo. Este último personaje es el encargado de comprar las facturas de los motocarros poniéndolas a nombres de terceros, para adjudicarse las unidades y no levantar sospechas.
Pero en la inconformidad de los transportistas hay mucha tela de donde cortar. Primero, hicieron públicas las presiones de las que eran objeto para vender sus facturas, esta tarea recae en Rufino Reyes Soledad —delegado de la SCT en los tiempos marinistas—, del que gracias a sus buenos oficios le entrega jugosas ganancias al subsecretario Zurita.
Pero la corrupción y el cinismo de nuestro flamante funcionario es que no sólo está haciendo negocio con el recurso proveniente del gobierno, sino que además presiona y engatusa a los mototaxistas para caer en su juego.
Por si algo faltara, los brazos del subsecretario Zurita se han extendido hasta el Congreso local, ya que —según las acusaciones de los propios transportistas— cuenta con el respaldo del presidente de la Comisión del Transporte, el perredista Jorge Garcilazo.
Quién lo diría, un panista aliado con un perredista para operar de la misma forma en que lo hacían los priistas.
 
 
Odio decirlo, pero que conste que se los dije.