En camisa de once varas se metió el alcalde de San Andrés Cholula. Sus miedos lo tienen entrampado y con el riesgo de provocar un conflicto social de mayores proporciones.
Sin campañas de sensibilización, el alcalde panista se le ocurrió expropiar 17 predios aledaños a la zona arqueológica.
El martes pasado —26 de agosto 2014—, sin decir agua va, intentó bardear los terrenos de cultivo con malla, como una señal de que los predios pasaban a manos del ayuntamiento que preside.
La reacción de los afectados y de la sociedad civil fue inmediata. Frenaron de tajo la acción del munícipe y de propia mano retiraron la malla de alambre de acero.
El miedo se apoderó el acalde panista y canceló la operación.
A partir de ahí, los inconformes realizaron diferentes acciones para defender sus propiedades y tradiciones.
El lunes pasado —1 de septiembre de 2014– los afectados por las expropiaciones encararon al munícipe desde temprana hora, justo cuando colocaba los bandos de los festejos del mes patrio.
Orillado por el miedo a que la manifestación se desbordará, trasladó la discusión al auditorio municipal.
Ahí los vecinos que rechazan el proyecto de expropiación de tierras estallaron en gritos y consignas contra autoridades, tanto estatales como municipales.
En medio de empujones y los gritos en contra de la obra, el presidente municipal finalmente les presentó un video para tratar de sensibilizarlos y convencerlos de las bondades del proyecto y de la transformación de la zona.
Justificación tardía. Lógico, los afectados rechazaron el proyecto, tras asegurar que va contra la historia de la zona arqueológica.
Una vez más, el miedo se apoderó del alcalde panista. Firmó, junto con el síndico municipal y 10 regidores, un acuerdo de tres puntos.
En el primero se detalla que “El 9 de septiembre próximo, a las 12 horas, se celebrará la sesión de cabildo público abierto en donde se acuerde por el Ayuntamiento que dejará sin efecto el proyecto denominado parque de las siete culturas”.
En el segundo punto se especifica que se informará a la ciudadanía como a juntas auxiliares y organizaciones no gubernamentales interesadas en el tema.
En el tercer punto se pide que se informe al Poder Ejecutivo estatal la disposición general que acordaron con la ciudadanía, por lo que deberá la comuna pedir al gobierno de Puebla que se abstenga de ejecutar el proyecto.
Una vez más, presa de sus miedos, y para no contraponerse a los proyectos morenovallistas, el alcalde se retractó tan sólo cuatro horas después del acuerdo firmado con los colonos.
Obvio, después de sostener una reunión con el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas.
En una reunión extraordinaria urgente y a puerta cerrada, el Cabildo aprobó nuevamente la construcción del Parque de las Siete Culturas.
El argumento del ayuntamiento fue que lo hostigaron y lo obligaron a firmar bajo amenaza de su integridad física.
Tras esta acción, ahora tendrá que enfrentar nuevamente a los inconformes, que ya prepararan nuevas manifestaciones y lo acusan de tomarles el pelo.
Su credibilidad como autoridad está en juego.
O respeta los acuerdos que firmó o la sociedad lo presionará hasta que cumpla con lo acordado.
Veremos si es capaz de quitarse la camisa de once varas que él mismo se enfundó.