Las votaciones internas en el Partido de la Revolución Democrática en Puebla patentizaron la severa crisis por la que atraviesa este instituto político en la entidad.
Las pugnas mediáticas de las diferentes tribus tienen a sus militantes en el hastío y en la apatía total. Ayer, de un patrón inflado en las últimas semanas, sólo acudió a votar 40 por ciento.
La gran mayoría —60 por ciento— ni se inmutó por la primera elección manejada por el Instituto Nacional Electoral (INE). Es tal el desencantó con el partido que ganó en el estado en las últimas elecciones presidenciales que en Puebla capital que el abstencionismo alcanzó el 70 por ciento.
Es decir que a pesar de las masivas afiliaciones perredistas sólo cuatro de cada 10 militantes del PRD no acudieron a votar en su proceso interno.
Otro rasgo del proceso electoral perredista celebrado este domingo fue el acarreo. En diversos puntos los votantes acudían en vehículos, principalmente camiones, que se estacionaban a unos cuantos metros de las casillas.
Por ejemplo, en el distrito de Teziutlán se registró el robo de las boletas electorales de la casilla 2288 básica. La casilla se instalaba en Ocotlán de Betancourt, perteneciente al municipio de Tlatlauquitepec, y la casilla 2109 básica, que correspondía a la cabecera municipal de Tepeyahualco.
Al viejo estilo del Partido Comunista, los grupos recurrieron a las campañas negras mediante panfletos para descalificar al enemigo político.
Y aun esa guerra la llevaron a las redes sociales.
“Campaña negra, elección difícil, ambiente peligroso”, así definió desde su cuenta de Facebook el proceso interno perredista la todavía legisladora federal Roxana Luna Porquillo.
El dirigente perredista Erick Cotoñeto, en lugar de meter orden, avivó la pugna. "El que se lleva, se aguanta”, le respondió Erik Cotoñeto a la diputada federal.
En este escenario, el morenovallismo no tuvo ninguna complicación para apoderarse en forma absoluta del membrete del PRD.
Una vez que se conozcan los resultados finales y oficiales, los morenovallistas dispondrán a su antojo del Consejo Estatal, sin ningún contrapeso.
Como ya sucedió con el Partido Acción Nacional, donde los militantes contrarios al morenovallismo fueron excluidos y criminalizados para acallarlos.
Las candidaturas del 2015 saldrán necesariamente de grupo predominante en el Consejo Político Estatal, los votos alcanzados por el resto de las tribus del Sol Azteca sólo les servirá para negociar prebendas políticas, por no decir migajas.
De esta forma, la izquierda poblana pierde un foro de expresión, un partido que se olvidó de sus principios y valores para venderse al mejor postor. Su líder, Erick Cotoñeto, prefirió mantener sus canonjías y entregar el membrete al morenovallismo.