1. La política social es la resolutora de los grandes problemas nacionales y también la conductora del desarrollo y la paz; en México desde el principio de los tiempos de integración nacional (1821), hemos confundido o no hemos definido sus alcances. Tan cierto es que todos los gobiernos desde esos días van dando bandazos de la caridad hacia la filantropía (practicada por unos cuantos), sin entender el concepto de Solidaridad.
2. La política partidaria-electoral atiende exclusivamente a los intereses grupales de los partidos. En todos y cada uno de ellos existen las cúpulas que ante la carencia de consultas populares, públicas, universales y abiertas de todos sus activistas, militantes y simpatizantes, determinan el usufructo de los bienes materiales, haciendo suyos los cargos de elección popular, más los administrativos, dándolos a parientes, preferidos y recomendados de sus pares. 
3. Cuando el PAN y el PRD demandaron del Gobierno Federal reformas políticas como requisito para legislar las reformas: educativa, energética y la hacendaria; propusieron una serie de leyes ajenas al desarrollo social mexicano.
3.1. Las propuestas de los partidos de la derecha y  de la izquierda, en ningún momento resolverán situaciones atávicas que nos tienen uncidos al sistema de democracia electoral; por lo contrario, nos alejará durante décadas de la consecución de la democracia de bienestar social.  
4. Esta reforma obtenida “por razones superiores de Estado” no considera la desaparición paulatina de los órganos electorales federales y estatales mantenidos con fondos públicos. En una búsqueda frenética de crear oficinas gubernamentales, en lugar de instituciones ciudadanas, los gobiernos eluden su alta responsabilidad educativa impidiendo el crecimiento de una ciudadanía que asumiera gratuitamente en procesos electorales las delicadas tareas que realizan los ciudadanos del común en cualquier país de primer mundo.
4.1. Así tendríamos armas sociales en forma de presupuesto para luchar contra la pobreza nacional visible y la invisible, la cual está generando los graves problemas de seguridad publica existentes en todo el país, y ya muy notables en nuestra gran Puebla.
4.2. Como muestra la penúltima elección presidencial nos costó veintidós mil millones de pesos mexicanos. La última dieciséis mil millones de pesos mexicanos. Costos de producción por voto infinitamente mayores a las organizadas por los gringos, donde cada estado lo resuelve con garantías absolutas de limpieza procesal. 
5. La anterior y la transformación de nombre del IFE al INE aumentará los costos de producción de votos al sostener a los trabajadores y funcionarios en forma permanente como si realizaran una actividad productiva de empresa o taller, cuando deberíamos dedicar esos recursos para los desarrollos productivos de todas las ramas.
 
Nuestra casa
Festejemos alegremente las fiestas patrias, en actos públicos y en nuestras casas.