Cuatro años después, la coalición multipartidista que llevó a la gubernatura de Puebla a Rafael Moreno Valle se pulverizó.
El desgaste natural en el poder impidió mantener la alianza entre el Partido Acción Nacional, el Sol Azteca, el Panal y el partido Compromiso por Puebla.
El PRD y el PAN fueron los más golpeados por esta alianza. Ambos institutos políticos perdieron identidad y se fracturados por buscar "el poder por el poder".
Acción Nacional dejó de representar a la sociedad para convertirse en un partido al servicio del poder; los dirigentes dejaron de ser interlocutores y se subordinaron al gobernante en turno.
Cuatro años después, la alianza entre el PAN y el PRD no respondió a los intereses de los electores, ya que sus integrantes no buscaron constituir gobiernos de coalición, sino repartirse los cargos de representación popular. Pero en la práctica, ni el PAN ni el PRD tuvieron posiciones relevantes en el gobierno aliancista.
Y lo peor, cuando el PAN vio que el PRD se hundía, determinó abandonar la alianza. La crisis que enfrenta el partido del Sol Azteca fue uno de los factores que determinaron que la Comisión Permanente del PAN decidiera, aseguró Rafael Micalco, dirigente estatal del PAN.
 
Negro panorama para el PRD
A la severa crisis interna que vive el PRD se le une el rompimiento de la alianza que le ayudó a mantener presencia entre los electores.
Ahora, al no concretarse la alianza con el Partido Acción Nacional en el próximo proceso electoral, será difícil que gane por lo menos un distrito.
El golpe para el perredismo poblano es de proporciones inimaginables, a grado tal que la misma dirigencia estatal considera que para la elección federal del 2015 “se postulará a quien mejor represente a la izquierda; sin embargo, se tienen pocas posibilidades al participar en solitario”.
“Tengo que ser muy cruel y despiadada con mi partido, tengo que ser crítica y autocrítica: solos no tenemos posibilidades reales de ganar algún distrito, pero va depender de los perfiles que postulemos como candidatos”, dijo Socorro Quezada, dirigente estatal del PRD.
Desde la óptica del perredismo poblano, el 2015 será difícil para las izquierdas, no sólo para el PRD, sino para Morena. “Entre PRD y Morena cada uno tendrá un 9 por ciento, nada halagador ni para ellos ni para nosotros, el 7 u 8 por ciento restante se lo podrían repartir entre Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo”, dijo.
El espejismo victorioso de los partidos aliancistas alejó a los diversos institutos políticos de los electores y se olvidaron de la organización interna de sus respectivos partidos.
Hoy están a contrareloj para reorganizarse, reestructurarse y realizar un papel que les permita justificar su existencia.