1.- Fuimos derrotados en el 2010 por la usual práctica antidemocrática de uso nacional en boga, en la cual el poderoso en turno, sea presidente de la república, gobernador provincial o alcalde en un municipio de menos de 800 personas, decide por los gatos que lleva en la panza al sucesor de su encargo.
Mario Marín Torres a final de cuentas nombró sucesor, como lo intentó Jiménez Morales, como obedeció Piña Olaya, como seguramente negoció con quien haya sido Melquiades Morales Flores.
Alguna leyenda dice que Alexandro Armenta Mier, a 20 días de las elecciones, debió haber sustituido a Javier López Zavala por una enfermedad súbita, coronándonos de éxito electoral.
2.- Javier López Zavala jamás estuvo rodeado del priismo combatiente ilustrado de las 20 modestas (pero muy nuestras) ciudades más importantes del estado. Gozó del seguimiento del priismo del voto verde, aunque nadie le explicó, pero debió saberlo, que la población rural cada minuto se entrega a la urbe capitalina sea Puebla o el DF, o emigra hacia el norte.
3.- A la derrota nuestra debimos haber presentado al ganador, Rafael Moreno Valle Rosas, nuestro programa a realizar de corte sexenal, para que democráticamente incorporara ante la poblanidad lo más relevante que considerara útil para su ejercicio gubernamental, pero no lo hicimos.
3.1.- Nuestro líder único en esos días, el señor gobernador del estado Mario Marín Torres, no lo indicó, y el Comité Directivo Estatal tampoco lo hizo. Una simple actitud de dignidad política partidaria hubiera dictado conductas de armonía y de entendimiento civilizado con los funcionarios entrantes.
3.2.- En suma, nuestros líderes se desatendieron de nuestras bases, y los jefes de grupos de todo el estado se retiraron a vacacionar comodinamente. El edificio de la 5 Poniente y el otro albergaban a un bolero despistado o a un transeúnte buscando mingitorios o defecatorios. Al cesar toda actividad partidaria, sólo la Fundación Colosio respiraba vida en sesiones dedicadas al análisis nacional dedicado a la campaña peñanietista.
4.- Ahí se cocinó durante un año, bajo el mando de Héctor Sulaiman Safi, un programa debidamente metodizado para la campaña “por la Angelópolis” del 2013, en la cual de haberse seguido al pie de la letra el triunfo del señor Enrique Agüera hubiese sido indiscutible.
4.1.- La derrota no fue “la derrota agüerista”, fue la derrota priista más lograda en todo el país, gracias a la distribución de candidaturas a uno que otro jefe de grupo, venta de plazas, admisión de actos de corrupción novedoso, y coronando esto la tutela ostentosa del gobierno estatal, dictando los nombres de diversos candidatos con la complicidad perruna del Comité Estatal, para que triunfaran los incondicionales al proyecto político del actual gobernador.
4.2.- Ahí debimos haber acudido con unas 2 mil o 3 mil personas ante el triunfador Gali Fayad, para entregarle la relación de la problemática social municipal, las soluciones aportadas por nosotros y presentarle a los líderes más connotados para solucionar problemas municipales.
5.- Dejamos en la orfandad partidaria como en el 2010 a los creyentes tricolores, buscando nuestros acomodos personales en el Gobierno Federal; aún más durante cuatro años poco o nada se sabe del PRI estatal; quizás salga de cuando en cuando alguna nota de alguna declaración tibia o inocua para los altos intereses populares.
5.1.- Lo acontecido en el 2010, sumado a los sucesos del 2013, servirá algún día como ejemplo de corrupción partidaria nacida de la comisión por omisión de nuestros dirigentes formales, como lo es el Comité Directivo Estatal, complicitado con los jefes de grupo. Saquemos conclusiones de nuestra futura cosecha en el 2015, por las siembras sociales aquí narradas.
Nuestra casa
La vendurria de productos oaxaqueños en el parque del Carmen es una muestra minúscula de la riqueza inconmensurable de la civilización oaxaqueña. Acuda usted para desentumirse.