En una votación donde el abstencionismo es el gran vencedor, el voto duro de los partidos políticos juega un papel preponderante para ganar en las urnas.
Históricamente, las elecciones intermedias son de baja participación y la del 7 de junio próximo no son la excepción, debido al hartazgo de la sociedad contra los partidos políticos.
Sin embargo, los candidatos panistas o impuestos por el morenovallismo simplemente le dan la espalda a ese voto duro, que por años representaron los grupos de derecha.
La fortaleza panista estaba en la UAPEP y en los organismos empresariales. Ahí estaba el mercado cautivo, los electores fieles e identificados con Acción Nacional.
Ellos hacían la diferencia cuando el voto duro priista prácticamente lo aplastaba todo.
Ahora, los candidatos a diputados federales del PAN desdeñan las invitaciones de la UAPEP y del Consejo Coordinador Empresarial.
Incluso, ayer el presidente del Consejo Coordinador Empresarial en Puebla (CCE), Fernando Treviño Núñez, reprochó el desaire de los candidatos a diputados federales por Acción Nacional. “Primero solicitan el voto de los poblanos, pero rechazan las invitaciones de la sociedad”.
Treviño Núñez explicó que se envió una invitación a los 16 candidatos del Partido Acción Nacional para presentar sus propuestas ante la cúpula empresarial de Puebla. 
Sin embargo, por medio de una carta, el líder panista Rafael Micalco señaló que únicamente tres de los candidatos aceptaron, por lo cual no se daba el quórum para asistir a la reunión.
Los argumentos de la misiva para rechazar la reunión, donde escucharían las necesidades del sector empresarial, son: “hay una campaña corta” y “una agenda ajustada”; por lo tanto, “no pueden asistir a la reunión”.
El líder empresarial lamentó el fracaso de la reunión con los panistas; sin embargo, indicó que continuarán los encuentros con los demás partidos políticos, como sucedió este martes con la presidencia estatal y los aspirantes al Congreso de la Unión del PRI.
Está claro, que cada vez el morenovallismo se aleja de los grupos que lo llevaron al poder, sin embargo, los candidatos panistas están comprando un conflicto que no es suyo.
El actual distanciamiento entre el morenovallismo y los grupos de derecha son resultados del desgaste del poder, pero los candidatos panistas andan en búsqueda del voto.
Y deberían cuidar su voto duro, el voto que puede ser la diferencia entre llegar a San Lázaro o quedar en intento.
No cabe duda, que el PAN se partió y los que están en el poder buscan crear una estructura paralela para ganar.
Veremos que tanto funcionó esa estrategia no tomar en cuenta el voto duro del panismo, sólo por cuestiones netamente personales y de grupo.