Quien diría que el festejo insigne del morenovallismo sería su propio “Weterloo”.
Las celebraciones del 5 de Mayo le permitieron al Señor de los Cerros mantenerse en la primera línea del gobierno federal. Así sucedió con el expresidente panista Felipe Calderón, quien se desvivió por presumir su cercanía política con Moreno Valle.
El presidente Enrique Peña Nieto acudió en los dos primeros años de su gestión a los festejos del 5 de Mayo, pero siempre mantuvo una sana distancia.
Sin embargo, el CLIII aniversario de la batalla del 5 de Mayo pasará a la historia de Puebla como la del acabose morenovallista.
Y es que la esta fue una semana negra del Señor de los Cerros. Todo empezó con las declaraciones de su esposa Martha Erika, luego la fracasada comparecencia del secretario de gobernación en el Congreso, el veredicto reprobatorio de la CNDH y el desaire de EPN y toda la estructura federal, lo que confirma que las cuestiones de inseguridad fueron un pretexto y que las relaciones entre Los Fuertes y Los Pinos se rompieron!
Que hasta antes de las desafortunadas declaraciones de la presidenta estatal del DIF, Peña Nieto y Moreno Valle comían en el mismo plato desde hace meses, al grado de que las obras y los recursos federales siguieron como en los mejores tiempos de Felipe Calderón.
Sin embargo, una ocurrencia de Martha Erika Alonso ha puesto a temblar la relación entre los dos personajes en cuestión, cuando abiertamente declaró: “Les voy a decir algo. Yo sé que nuestro candidato está guapo, ¿o no? Pero, pero, ojo, no nos podemos dejar llevar por lo guapo”, dijo la también presidenta del DIF estatal a un grupo de mujeres de la colonia Villa Las Flores, que gritaban ante la presencia de Cabalán Macari.
“¿Qué pasó la vez pasada? Cuánta gente en la elección presidencial dijo: ay, yo voy por este porque está bien guapo. Y ahí está lo guapo, ¿y de qué nos sirve lo guapo a los mexicanos? De nada”, prosiguió Alonso Hidalgo, quien es integrante de la Comisión Permanente del Consejo Nacional del PAN.
Ayer, el desaire presidencial fue brutal para el morenovallismo que la pipitilla política abundó para llenar las sillas vacías del presídium. El festejo elitista se acabó.
Fue tanta la desesperación morenovallista, que intentaron tender una cortina de humo con el caso de Manuel Youshimatz Sotomayor.
Resulta que en pleno día festivo la Contraloría del estado inhabilitó por 12 años y demandó penalmente a Manuel Youshimatz, por el presunto desvío de 17 millones de pesos, cuando fungió como director del Instituto Poblano del Deporte (Inpode), entre febrero de 2011 y mayo de 2013.
Pero nada le funcionó al grupo en el poder y el “Waterloo” morenovallista se consumó.
El Waterloo morenovallista
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