Transcurría la primavera de 2011, los panistas después de llegar al poder estatal decidieron imitar los pleitos tan comunes entre las tribus del perredismo poblano.  Y lo peor, es que al parecer se propusieron superar estas prácticas, tan comunes en el partido del sol azteca.
Todo empezó el 26 de mayo de 2011, en un jaloneo que ocurrióen las oficinas del Comité Directivo Estatal
del panismo, donde Jorge Saldaña fue agredido.
En esa ocasión toda parecía que la dirigencia estatal contaba con personal para hacer frente a los revoltosos y disipar las protestas.
Las imágenes de esa gresca fueron contundentes, todas publicadas por Intolerancia Diario, además de los testimonios de la militancia, nos mostraron a un joven de pelo corto y playera roja que intimidaba a los quejosos.
Este sujeto, previo a la gresca, hacía olas a las oficinas del panismo, entraba y salía, pero después fue protegido por la dirigencia.
En suma, hace cuatro años, el panismo poblano vivió una jornada negra, primero una asamblea municipal donde se cayó el sistema, después el sainete para entregar las impugnaciones, y por último las agresiones a la sede del PAN, donde se desconoce quién lanzó piedras hacia el inmueble.
Todas estas muestras exhibieron cómo el Partido Acción Nacional como un instituto fracturado. El golpeteo y la lucha al interior del panismo apenas comenzaba.
A cuatro años de distancia de aquellos primeros jaloneos panistas, la fractura del PAN es evidente.
Por un lado existe el grupo preponderante que controla todas las candidaturas a puestos de elección y utiliza toda la estructura estatal para imponerse en las urnas.
Por el otro, existe un grupo de panistas que fueron excluidos de su propio partido.
Hoy ante las elecciones federales, el panismo evidenció su fractura total. Al grado, que los liderazgos tradicionales del PAN, acostumbrados a mover el voto duro del blanquiazul por convicción, no están dispuestos a trabajar por una corriente que no los toma en cuenta.
Al grado que esos liderazgos dan muestras de apoyo a los candidatos que no son de su partido, con el único objetivo de no votar por candidatos que no se identifican con ellos. De esta forma, el panismo llega fractura a la elección del próximo 7 de junio.
Veremos que tanto afecta esa fractura que comenzó apenas un año después de sacar al PRI de Casa Puebla.