1.- Es difícil ante la ignorancia nacional destacar que ella agobia incluso a la espiritualidad.Es por ello que el catolicismo en general no entiende la frase: “papal de hermanos en la disidencia”, creada desde hace lustros allá en Roma por el Sumo Pontífice correspondiente.
1.1.- El catolicismo proviene de la religión originada en la Judea, en la Samaria, en la Decápolis, en la Triconítide, y en tantos centros demográficos de hace miles de años.
2.- Entre las iglesias cristianas de países desarrollados y las nuestras todas latinoamericanas hay una diferencia abismal de organización de los fieles.
2.1.- Un ejemplo válido es la iglesia de Nuestra Señora de la Merced. Este templo en Atlixco, Puebla es una joya de arquitectura e ingeniería de sus tiempos, que fue restaurado a su esplendor fundacional por un acto gubernamental pletórico de entendimiento cultural.
2.2.- A él llega un sacerdote de nombre Iván, perteneciente a la orden Mercedaria, y en simples tres años de un templo vacío, sin fieles, sin seguidores, lo convierte en un centro de convivencia de todas y cada una de las clases sociales existentes en esta mexicana ciudad, gracias a la participación de las gentes ancianas, de mediana edad, de los jóvenes y de los niños.
3.- Por motivos totalmente institucionales a la orden perteneciente, el Sacerdote Iván, deja de verse y su lugar lo ocupa otro joven prelado, ansioso de contribuir a la evolución de la espiritualidad católica.Por respeto a la institucionalidad y al propio Iván exhibo masivamente la carta donde justifica su ausencia de los fieles “a su cayado de pastor”. Esta es la carta:
México DF a 25 días del mes de junio del 2015.
A mi querida y amada comunidad de Atlixco, deseo en este momento paz y gracia de Dios en sus corazones al recibir este mensaje. En días anteriores posiblemente hayan notado mi ausencia y de lo cual les haré partícipes de las razones por las cuales ya no me encuentro físicamente compartiendo la vida y la fe en este momento. Cómo algunos de ustedes saben, quienes pertenecemos a una comunidad religiosa como lo es la Orden de la Merced estamos sujetos a vivir un periodo de tiempo determinado al lugar donde somos asignados, tiempo que no está a consideración del fraile y/o sacerdote o de la comunidad a la que se atiende sino de Dios a través de nuestros superiores y un reglamento al que nos acatamos. Así que por ahora, de acuerdo a eso mencionado, el término de ese tiempo entre ustedes para mí ha llegado a su término, por lo que como aquella ocasión que llegué a Atlixco un 15 de septiembre de 2012 fui guiado por el Espíritu y asignado a animar esta bendita comunidad, así ahora es necesario cambiar de barco e ir por otro rumbo para después volver a encontrarnos en la misma ruta. Aclaro que no me cambian por intervención del obispo ni del párroco, a quienes expreso mi respeto. Sino de mis superiores en la figura del Padre Provincial a quien le debo mi obediencia.
Pido perdón a Dios y a Ustedes si a alguna persona no hubiera tratado con la dignidad de hijos de Dios, o si fui anti testimonio para alguien producto de la frágil condición humana.
Agradezco a Dios haberme bendecido con la oportunidad de llegar a la Ciudad de Atlixco, porque al final no sólo es referirme al barrio de la Merced sino a todos los que de distintos puntos de la ciudad fueron llegando e integrándose a la dinámica que desde un principio se propuso en el quehacer de la misión. Todo lo que se pudo y se podrá se lo debo a ustedes.
Mucho se preguntarán por qué no me despedí en alguna o algunas misas como lo han hecho otros sacerdotes, incluso podrán estar inconformes o a disgusto por la repentina ausencia, pero ojalá puedan comprenderme, no fue miedo ni ingratitud de mi parte, simplemente no quiero ser como los demás así como llegué así también me voy, no me despedí por qué no he terminado nada aún falta mucho que hacer, no quiero despedirme y que haya una desbandad de feligreses, quiero irme y regresar cualquier día y encontrarlos a todos, así sabré que se cumplió y se hicieron bien las cosas porque se sigue perseverando buscando y sirviendo a Dios y no al sacerdote en turno. Regularmente en mi quehacer procuré proponer algo diferente, así que quien me conoce y me escuchó con atención en todo este proceso sabrá que al irme sin despedida también intento se aprenda y se reflexione algo, hay que descubrirlo.
En Atlixco siempre me vi bendecido por Dios que nunca me abandonó, desde el primer momento que llegué me socorrió a través de ustedes, agradezco de todos su preocupación a mi persona, su fina atención, su disposición, el cariño y la amistad que me brindaron, en atención a ese mismo cariño, les pido encarecidamente llenarme de orgullo por ustedes y quiero llegarme almenar sólo de cómo sigue creciendo lo que juntos iniciamos, que no haya desánimo, antipatía, enojo, división, ni protagonismos; siempre estén unidos, dispuestos, sean serviciales y humildes; eviten los chismes y la soberbia, aumenten la caridad y el sacrificio.
El trabajo que antes yo desempeñaba, no comparen a los sacerdotes, el que llega no tiene que ser como el que se va, el fraile y sacerdote que llega no es mejor ni peor, simplemente es diferente, y hemos de darle gracias a Dios que se tenga quien nos atienda.
Para cuando escuchen o lean esta carta yo ya estaré en mi nuevo destino, ya habré sentido el nudo en la garganta no sólo por apartarme de ustedes sino también por apartarme de nuestro país del que me duele profundamente la situación actual de violencia, inseguridad y descomposición familiar y social en la que nos encontramos, y de lo cual nos queda la tarea de cambiar. Así que me encomiendo a sus oraciones como yo estaré encomendándoles en las mías.
Les envío un gran abrazo y la bendición de Dios para ustedes y su familia. Hasta pronto. Y que María de la Merced interceda por nosotros.
Nuestras cosas
Nos quedamos en que una señora de edad madura fue asaltada por un profesional en su casa y despojada de un lote de alhajas deprocedencia centenaria.
Su hijo el más dolido por este insólito caso, pues el lugar del asalto es una casa común y corriente, en una colonia común y corriente, de una población tan modesta en su demografía como es Atlixco, Puebla, busca en forma inmediata solución para la protección materna y paterna, y junto con su esposa compran a una niña bellísima de tres meses o cuatro de raza Akita.
Continuará…