Cuando los conflictos rebasaron y acorralaron al morenovallismo, el grupo en el poder simplemente se acorazó. Sistemáticamente recurrió a los “candados políticos” para ocultar la información gubernamental, para proteger a los secretarios de estados y para justificar sus acciones en contra de la sociedad.
Ante el pavor que los morenovallistas tienen a las candidaturas independientes, simplemente endurecieron las medidas para evitar que los aspirantes ciudadanos alcancen las candidaturas como lo marca la ley.
No es la primera ocasión que el morenovallista aplica esta práctica.
El año pasado, la Comisión de Acceso a la Información Pública (CAIP) colocó los candados para no informar de las sanciones en contra de los funcionarios públicos que intervinieron en la brutal represión en San Bernardino Chalchihuapan, así como el monto de la sanción contra Facundo Rosas Rosas, titular de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE).
El pasado 30 de junio de 2015, el presidente de la junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado, el perredista, Carlos Martínez Amador confirmó que la reforma al 104 de la Constitución Política del Estado es para proteger a las inversiones privadas y que los ayuntamientos no puedan cancelar contratos.
Tras la controversia que se presentó por la reforma que presentó la bancada panista el secretario general del PRD en el estado, Carlos Martínez Amador respaldó el documento al indicar que solo se están poniendo candados para proteger las inversiones.
Los informes de gobierno y la glosa de los funcionarios estatales también fueron objeto de los famosos candados morenovallistas.
En los últimos tres informes de gobierno, con una “mordaza” legislativa de acuerdo al formato aprobado por la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del estado realizó la glosa del informe del ejecutivo.
Por primera vez en 20 años se limitó la participación de los diputados una vez que se “blindó” a los secretarios y sólo uno de los asistentes habló, el resto sólo se limitó a responder algunas preguntas que formulen los legisladores.
Por cada comparecencia sólo hubo 19 preguntas, de las cuales seis correspondieron al PAN, tres al PRI y dos PRD, Nueva Alianza y Compromiso por Puebla y las cuatro fuerzas restantes sólo pudieron formular una, sin réplica y contrarréplica, como se hacía en años anteriores.
Ese fue el estilo de gobernador del morenovallismo. La cerrazón fue la práctica recurrente para evadir temas espinosos que ponían en entredicho su actuar al frente del gobierno estatal.
Cerrazón, una práctica recurrente
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