“Todo aquel que se desentiende 
de la política corre el riesgo de ser
gobernado por alguien peor que él”

Platón


El concepto de ciudadanía es mucho más amplio del que algunos pensamos, en la construcción y para la consolidación de una democracia, es fundamental crear ciudadanía entre la sociedad civil, sin ella será difícil transitar hacia la democratización. La ciudadanía fortalece y eleva la calidad de cualquier democracia; mejora los niveles de participación social; nos involucra en lo público; socializa la información; enfrenta a la corrupción; exige transparencia de los recursos públicos; crea conciencia cívica y reconstruye el tejido social.
Que me disculpen los defensores de las candidaturas independientes, aclaro que no estoy en contra de ellas, pero si no impulsamos antes los valores para crear ciudanía entre los diferentes sectores sociales, las opciones independientes, perderán fuerza y se convertirán solo en una quimera política.
Sin ciudadanía, no podrá haber candidaturas independientes reales, que respondan a las exigencias sociales y ayuden a nuestra endeble democracia.
Sin duda alguna, hoy percibimos una ola de estas opciones independientes en el país, más aún cuando estas acaban de hacer su aparición en el proceso electoral pasado. Como resultado de la crisis y perdida de la credibilidad de los partidos políticos.
Queda claro que estas ayudan y fomentan la participación social y electoral de varios sectores apartidistas en las diferentes elecciones.
Sin embargo sus objetivos y demandas como tales, se pueden debilitar por el uso y la utilización política que ya se hace sobre los independientes. Sería trágico que estas alternativas ciudadanas se desgastaran en lo inmediato y que los partidos las tomaran como suyas, al manipularlas con algunas propuestas simuladas para lograr sus objetivos y ganar elecciones.
No queda duda alguna, que en la última reforma electoral las principales fuerzas partidarias las impulsaron y ellos saben por qué: sirven para legitimar los comicios federales y locales en donde los partidos participan. Es decir su defensa son posturas demagógicas e incongruentes.
Saben perfectamente que el actual sistema político está diseñado para el juego partidario y que los candidatos independientes, aún no lograran tener la fuerza y la presencia en el país para poder desplazarlos o ser una fuerza de equilibrio del poder establecido.
De igual modo vale subrayar aquí, que en política nadie es químicamente puro, no existe político alguno o ciudadano común con un don de pureza absoluta, eso es falso. Muchos de los que aparecerán en los procesos del 2016 o el 2018 tendrán referentes con alguna postura ideológica y eso no lo podrán negar.
Por lo tanto los independientes o los ciudadanos que opten por esta figura, tienen que plantear de frente a la sociedad su proyecto social, económico y político, además decirnos que los diferencia de los institutos partidarios.
Pensar que dichas opciones independientes vendrán a resolver todos los problemas del país o de un estado, no es creíble, como tampoco lo será que nos informen que le resolverán de inmediato las demandas a los ciudadanos comunes.
Es un proceso político, ciudadano y electoral de mediano y largo plazo y así habrá que entenderlo.
Desde mi interpretación las candidaturas independientes y aquellos tres ciudadanos que han llegado a una gubernatura; al Congreso de la Unión y a un Congreso local aparte de haber cumplido con requisitos tan absurdos, también lo hicieron porque aspiraban al poder de un espacio público y triunfaron por el desgaste de los partidos y el hartazgo de muchos ciudadanos.
Cabe decir que su trabajo político también será  parecido al que hacen y proponen los representantes populares de las fuerzas políticas constituidas. Por eso esta incipiente cultura por las opciones independientes en nuestra democracia así se debe de entender, como un comienzo y una aportación para fortalecer nuestra vida democrática. No más y no menos.
Porque ahora sucede que de pronto todos o muchos quieren presentarse por esta figura electoral  ante el electorado y la opinión pública, como los puros y castos. Si desfiguran estas alternativas lo único que lograran será confundir más a los  ciudadanos, perturbarán la participación social y vulgariza esta representación.
Por eso, nadie podría negar las posturas de los grupos académicos, círculos intelectuales y actores sociales, cuando  exigen que se frenen las leyes que obstaculizan la participación de candidatos independientes en las elecciones locales. Piden a la clase política y a los Congresos locales que aprueben leyes que permitan la participación ciudadana en lugar de inhibirla.
“Las restricciones mencionadas constituyen retrocesos graves en el arduo camino de la democracia mexicana, pues limitan derechos que otorga la Constitución, contradicen fallos del Tribunal Electoral del Poder judicial de la Federación y desoyen opiniones del Instituto Nacional Electoral.
“Las candidaturas independientes, bien reglamentadas, no sustituyen ni desplazan a los Partidos Políticos, piezas centrales de cualquier democracia representativa, sino que introducen mayor competencia electoral y constituyen un acicate para obligarlos a rectificaciones urgentes.
“Las respuestas a esta nueva realidad no se han hecho esperar: De un lado se anuncia una estimulante diversidad de candidaturas independientes para las elecciones locales de 2016 y 2017, y la federal del 2018; del otro, aparecen en distintos estados, como Veracruz, Chihuahua, Puebla, Tamaulipas, Sinaloa y Aguascalientes, legislaciones de discutible constitucionalidad, con el propósito de hacerlas virtualmente imposibles”.
Por su parte, Manuel Jesús Clouthier Carrillo, diputado independiente, ha presentado una iniciativa para reformar y adicionar diversas disposiciones de la Constitución Política y de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, a fin de ampliar los derechos de los candidatos independientes.
Así mismo el PRI de manera oportunista, lo mismo que otros partidos han presentado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) una acción de inconstitucionalidad en contra de las reformas que se han aprobado en algunos estados de la República
Por ejemplo en nuestro estado, ya empezaron aparecer algunas presuntas candidaturas “independientes”, como la un tal Leodegario Pozos Vergara, “El Tigre”, un empresario lechero oriundo de la zona de Libres. 
En otros frentes también ya se cocinan otras propuestas y entre algunas llamadas organizaciones sociales como el MAS, también han anunciado que un tal Marco Mazatle también aspira. 
Entre los panistas marginados e identificados con el Yunque también pueden buscar ser aspirantes independientes y los de Puebla Libre trabajan en lo mismo.
Solo para terminar inicialmente con el tema tan interesante sobre las candidaturas independientes, diré que en su momento algunos partidos y sobre todo los de izquierda, ofrecían sus espacios desde hace años a ciudadanos; líderes sociales e intelectuales y muchos llegaron a gobiernos y cámaras legislativas.
El PRI y el PAN en otros tiempos se opusieron abrir espacios para los ciudadanos, lo mismo a la ciudadanización de los órganos electorales.
Si no creamos ciudadanía y no se corrigen las normas legales para darle participación independiente a los ciudadanos, difícilmente podremos estar hablando de estas opciones como una vía libre y democrática. Su desnaturalización que están provocando muchos grupos de presión y presuntas organizaciones, las llevaran al fracaso y solo fortalecerán aún más a las burocracias partidarias.