Para los habitantes, pero sobre todo para los indígenas de muchos municipios de la Sierra Norte y Oriental del estado, ayer eraimpensable para ellos, que en sus regiones pudiera instalarse o existir alguna mina a cielo abierto o una hidroeléctrica en las aguas de sus ríos.
Nunca lo pensaron, tampoco estaba dentro de su cultura como pueblos indios y originarios de esas tierras, el saber que pronto empezarían a construir presas y que también quisieran instalarse algunas mineras, que al usar químicos su “madre tierra”, sufriría daños irremediables.
En los pueblos indios, la tierra es sagrada y es la que les da muchas cosas, por eso la cuidan, porque saben que les da para comer a sus familias, la tierra es parte de su entorno social. Lo mismo sucede con el agua, sus ríos les son necesarios para sobrevivir, cuando llueve juntan el agua y se forman sus manantiales que les proporciona tener agua.
Su hábitat y sus territorios es lo único que les queda, de ahí son originarios y así formaron a sus pueblos. Provienen de grandes culturas prehispánicas y han resistido las agresiones sociales de la exclusión, la marginación y el olvido.
Los totonacos y los náhuatl son pueblos indígenas que siguen presentes en la vida diaria y en la historia de la sierra nororiental de Puebla.
Su riqueza cultural, su identidad, sus tradiciones y costumbres ahí siguen, ahí han estado y no se han desplazado hacia otros lugares. A pesar de la exclusión ancestral y la presencia caciquil años atrás, nunca abandonan sus tierras, las siguen cultivando para su maíz y para el cultivo del café que forma parte para su sobrevivencia económica.
Para nadie es desconocido y más aún para los investigadores sociales, que los indios de estas regiones de la sierra norte siguen siendo pobres y que viven al día con menos de cincuenta pesos diarios. Que en la parte norte aún existen pequeños ejidos y otros grupos más viven en parcelas o o pequeñas propiedades. Sin embargo en la parte nororiental la situación es más precaria, ahí hay más población totonaca y sus condiciones no han cambiado de fondo, los indígenas ahí son pequeños propietarios, viven en minifundios y muchos no tienen un pedazo de tierra.
Los terratenientes
Cabe señalar aquí, que los grandes terratenientes y los caciques de otras épocas cuando todos eran del PRI; orillaron, expulsaron y les arrebataron sus propiedades comunales a estos pueblos indios.
Llegaron de las cabeceras distritales y otros lugares para engañarlos y quitarles sus documentos coloniales, después los expulsaban hacia las orillas y los cerros de los municipios. De esta forma las grandes familias de terratenientes y ganaderos se hicieron poseedores de riqueza y grandes extensiones de tierra.
El comercio florecería, el ganado sería fuente principal de sus ingresos, las presidencias y el control político estaría en sus manos por la vía del PRI.
La región se convertiría en fuente inagotable de poder, dinero, votos seguros y zonas prosperas de terratenientes, comerciantes, mestizos y maestros.
Así y bajo otras formas de explotación y despojo, los indígenas han resistido el paso de los años, los ancianos nunca quisieron salir de sus tierras y a pesar de que los jóvenes si emigran hacia las ciudades en búsqueda de empleos, siempre buscan regresar a sus pueblos.
Nadie niega que las cosas han cambiado y que vivimos en pleno siglo XXI, que estos pueblos son otros y que el desarrollo lo ha alcanzado, pero ahí siguen y son parte de nuestra herencia cultural.
Sin pueblos indígenas el estado perdería una parte fundamental de su historia viva y lingüística, también nuestra cultura y costumbres no serían las mismas sin la presencia de estos grupos sociales de indígenas que habitan en varias regiones del estado.
Quien desconozca la historia social, política y económica de muchas regiones de Puebla, no sabrá entender la complejidad y diversidad existente en la mayoría de sus municipios, tampoco podrá interpretar la realidad en la que se encuentran estos pueblos originarios.
Las grandes batallas
Ayer, las luchas políticas y los conflictos sociales en la sierra norte fueron por la posesión de la tierra y en contra de los latifundistas; después se vinieron las invasiones de tierras; más adelante hubo situaciones de confrontación política, desaparecidos y muertos por parte de los pistoleros.
Hoy los indígenas se enfrentan a otras batallas nuevas y más graves como son: el evitar que las grandes empresas mineras e hidroeléctricas se instalen en sus territorios.
De igual forma también se suman otros nuevos peligros, como la grave incidencia delincuencial en estas regiones de la sierra.
Ayer tenían problemas familiares y se macheteaban por disputas de sus terrenos. Actualmente hay asaltos en los camiones; atracan a los indígenas en sus caminos vecinales y llegan bandas de jóvenes que no tienen empelo de otros municipios cercanos para atracar.
Los delegados del gobierno que siempre lo ha habido, no conocen, no saben la historia de estos pueblos y tampoco previenen conflictos.
La instalación de mineras e hidroeléctricas en la sierra norte está generando varios conflictos sociales y políticos, están rompiendo el tejido social de estas comunidades y generar altos grados de temor y desconfianza.
Los pueblos indígenas tienen temor de estas empresas, nadie les ha informado por qué quieren instalarse ahí y le da miedo que sus tierras se contaminen. Falta quehacer público y los ediles municipales nada saben.
Ante esta situación de grandes intereses económicos, ahora, ellos los indígenas tienen que batallar social y legalmente para poder frenar estos nuevos peligros industriales. Con la instalación de estas, la sierra empezara una grave degradación ambiental y su entorno social se convertirá en más inseguridad.
Nadie atina a decirles que les espera, cuál será el destino de sus pueblos y los cambios urbanos que le traerá consigo. Estos pueblos indígenas ven peligrar su vida y su cultura, pero lo más grave es su desintegración social como comunidades originarias.
Los resolutivos
Ante esto, paso a comentar algunos resolutivos que varias organizaciones sociales, indígenas, campesinas y académicas han expuesto:
Crisis Socio-Ambiental en Puebla
“Actualmente lidiamos con una crisis civilizatoria frente a la cual hay una profunda necesidad de replantear los patrones de desarrollo y de modernidad, así como fortalecer y construir alternativas que garanticen la vida.
En México afrontamos un profundo colapso socio-ambiental, marcado por las políticas de entreguismo y sometimiento de las leyes e instituciones a conveniencia de los sistemas de despojo y explotación que vulneran el territorio, la subsistencia de la biodiversidad y las formas de vida de la gente, así como sus derechos y patrimonio, que torna urgente e ineludible la necesidad de trabajar en la construcción de una nueva mirada de las garantías individuales que las redimensione en un perfil dinámico, colectivo y cercano a los requerimientos y las problemáticas de las comunidades directamente afectadas por los temas medioambientales.
Dentro de este contexto nacional, caracterizado por la aprobación de reformas constitucionales y leyes secundarias privatizadoras y en clara oposición con los intereses de la ciudadanía, el territorio comprendido entre el estado de Puebla y sus lindes con los estados de Hidalgo, Morelos, Tlaxcala y Veracruz se ubica como una grave zona de alarma en la que se hallan abiertos más de 326 CONFLICTOS AMBIENTALES frente a los cuales las autoridades federales, estatales y municipales tienden a ser omisas o incluso cómplices, llegando al extremo de reprimir, criminalizar y encarcelar a luchadores sociales y ambientales que han presentado oposición a esos problemas.
Acciones del frentecomún contra conflictos ambientales
(…) las organizaciones, académicos y ciudadanos propusieron la conformación de una COORDINADORA DE COMUNIDADES, ORGANIZACIONES, COLECTIVOS, ACADÉMICOS E INVESTIGADORES SOCIO-AMBIENTALES EN PUEBLA que integre, impulse y proyecte, no sólo la difusión de los conflictos ambientales en la ciudad y el estado, sino también la articulación de un frente común sólido, por lo tanto exigieron:
1. La cancelación definitiva de todos y cada uno de los llamados “proyectos de muerte” en el territorio nacional y en Puebla.
2. La abrogación de la Ley Estatal de Agua y el rechazo total a la iniciativa de Ley General de Agua que se pretende llevar a cabo a nivel nacional.
3. El reconocimiento dentro de la Constitución DE puebla, para que el acceso al agua sea un derecho humano.
4. Que la sustentabilidad bioética sea una norma que se imponga a la hora de tomar posición y acciones en torno a la problemática del maíz transgénico y la posible apertura del territorio mexicano para su cultivo.
5. Frenar el urbanicidio que se está aplicando en la ciudad de Puebla y la zona metropolitana, así como reconocer la megalópolis y la movilidad urbana como ejes medulares, en los que debe haber participación ciudadana, para el desarrollo adecuado de la vida de millones de personas.
6. Evitar daños como lo sucedido con el AVIARIO del Parque Ecológico de Puebla, y contra el paisaje histórico que representa la ciudad de CHOLULA.
7. Rechazo a los proyectos que atentan en contra de la integridad del patrimonio cultural y natural de Puebla, para salvaguardar la riqueza cultural inmaterial.
8. Respeto a la ley federal de zonas, monumentos históricos y arqueológicos de Puebla, así como a la Convención Internacional del Patrimonio Inmaterial.