El día de hoy, los poblanos conoceremos el nombre que durante 30 años llevará el estadio de futbol; pero sobre todo, conoceremos el nombre de uno más de los cómplices del Señor de Los Cerros.
Si analizamos detenidamente, lo que hoy hará público el gobierno del estado es uno más de los negocios que a lo largo del sexenio se han realizado y que causan un daño patrimonial a los poblanos.
Para entender la dimensión de esta fraudulenta operación es necesario hacer una comparación con diversos contratos en circunstancias similares.
En una reciente columna, sustentada en información de publicada por la revista argentina Marketing Registrado, escribí: (...) Vayamos a Sudamérica, en donde el consorcio asegurador alemana Alianz será el naming sponsor del nuevo estadio de Palmeiras en un acuerdo de 150 millones de dólares por 20 años.
Así como usted lo lee: 7.5 millones anuales por el nombre del estadio de equipo brasileño.
La aerolínea Emirates ofreció 12 millones de dólares anuales al River Plate para que su estadio se llamara Estadio Emirates Monumental, pero la propuesta fue desechada por la conservadora hinchada gaucha.
Tomando referencias latinoamericanas, podemos encontrar datos duros que nos llevan a una cifra mínima de 1.5 millones de dólares anuales.
En esa lógica, multiplicando ese millón y medio por los 30 años que contempla la licitación, tenemos que cuando menos la empresa ganadora deberá ofertar 45 millones de dólares, que multiplicados por 16.80 al tipo de cambio serían 756 millones de pesos.
Es decir, que se recuperaría el monto total de la ampliación y remodelación del estadio y les sobrarían 15 millones hasta para la inauguración.
Y conste que estoy tomando una base muy baja, comparada con cualquier otro estadio que haya vendido los derechos de su nombre.
Porque si tomo los 12 millones anuales del estadio de River, o los 7.5 del Palmeiras estaríamos hablando de que alcanzaría para construir un estadio nuevo y de primer mundo, sin necesidad de tomar un peso del erario.
Esos 7.5 millones de dls del Palmeiras por 30 años, se convierten en 3 mil 780 millones de pesos, que superan el costo del nuevo estadio de los Rayados de Monterrey, considerado el mejor estadio de América Latina.
Sin duda, los datos citados son más que suficientes para poder compararlos con la cifra que hoy nos den a conocer.
Veremos qué tan lejos se quedan de ese millón y medio de dólares anuales y de los 45 millones de billetes verdes por los 30 años de la concesión; o lo que es lo mismo, vamos a ver qué tan distante se queda la empresa ganadora, de los 800 millones de pesos.
Del tamaño de esa diferencia, será el tamaño del negocio.
Veremos y diremos.
El jugoso negocio detrás del nombre del estadio
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