Tal vez resultará ocioso para aquellos que les gusta el juego de los escenarios políticos, lo mismo para los llamados operadores electorales de los diferentes institutos partidarios o los politólogos, el hecho de saber que para el primer domingo de junio de 2016, en 13 de las 32 entidades federativas, habrán de llevarse a cabo elecciones locales y en 12 estadoselegirán gobernador.
Así podemos verque se serán electos 12 gobernadores; 965 ayuntamientos; 239 diputados de mayoría relativa; 149 de representación proporcional y solo en Baja California no habrá elecciones para gobernador.
De igual modo el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) acaba de designar a los consejeros electorales de los Organismos Públicos Locales (OPLE), mismos que han sido impugnados por los partidos en unos estados y en otras no.
Cabe señalar que las prácticas para impulsar y mantener las cuotas en los organismos electorales, por parte de gobiernos y dirigentes nacionales de los partidos sigue siendo una práctica común. Misma que no ha podido desparecer a pesar de las promesas de ciudadanización de estos organismos electorales.
A la mitad del sexenio
Ahora veamos, el primero de diciembre del 2015, el Presidente de la República cumple la mitad de su sexenio, en junio pasado también elecciones federales intermedias y el PRI logró una mayoría relativa en el Congreso de la Unión conjuntamente con el PVEM.
El PAN se mantuvo en un segundo lugar, el PRD se desmoronó e hizo su aparición Morena, logrando una buena bancada de diputados federales.
Por otra parte, las tres principales fuerzas partidarias tradicionales y conocidas dentro de nuestro sistema de partidos (PRI, PAN, PRD) renovaron sus dirigencias nacionales: Manlio Fabio Beltrones asumió las riendas del Revolucionario Institucional; el “muchachito” Ricardo Anaya Cortes ganó las internas en Acción Nacional y el maestro socialdemócrata Gustavo Basave, fue electo recientemente en sustitución de Carlos Navarrete en el sol azteca. Bertha Lujan Uranga quedó en lugar de Martí Batres en la dirigencia nacional de Morena, quienes a fin de año elegirán a su dirigencia.
Bueno de los otros partiditos ni hablar, por ejemplo el joven viejo y junior “niño verde”, sigue teniendo el patrimonio total del Verde Ecologista de México; el SNTE sigue controlando al PANAL; la flota de Jalisco con su presidente municipal de la ciudad de Guadalajara y Dante Delgado son ahora los nuevos dueños de Movimiento Ciudadano; Alberto Anaya y los seudo maoístas siguen en su desesperada batalla legal por mantener su registro y todo lo que les ha dado el control del PT.
Sin embargo y aunque nos cueste creer, estos partidos, volverán a jugar electoralmente y serán utilizados como mercancía electoral en los procesos electorales venideros.
Los escenarios posibles del 2016
Si el viejo dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, gana 9 o 10 elecciones en los estados, es obvio que empezaremos a darnos cuenta de la restauración del viejo régimen del partido de Estado.
También el grupo político de Beltrones y él mismo se fortalecerán y sus aspiraciones presidenciales crecerán. Y sin duda alguna el gobierno de Enrique Peña Nieto tendrá un buen sustento político y social para los próximos dos años que le restan de su administración.
Lo anterior sin dejar de lado que en el PRI el juego de sus caudillos y generales como Miguel Ángel Osorio Chong; Luis Videgaray; Aurelio Nuño y José Antonio Meade también está presente.
Todos saben que tienen que generar bases y sustento político en los estados que les posibilite competir para la sucesión presidencial.
La lucha por el poder en el PRI siempre ha sido de élites;grupuscular; encarnizada; llena de intrigas y amarres políticos. Y al final todo influye para que el “dedo” sagrado defina al elegido. Jamás han sido disputas por proyectos o batallas ideológicas, mucho menos hoy en pleno neoliberalismo.
Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y Zacatecas son estados en donde no enfrentan mucha competencia o que vayan a tener complicaciones para propio PRI.
Oaxaca, Puebla y Sinaloa son gobiernos de coalición PAN- PRD, en donde pueden perder de nueva cuenta, también son estados en donde las fuerzas políticas dialogan y acuerdan con el gobierno federal. Tlaxcala y Veracruz se les han complicado.
Complicado panorama para la derecha electoral
Pasando a la derecha electoral o sea el PAN, podemos ver que el jovenzuelo y activista, Ricardo Anaya, requiere legitimarse ante los panistas de su propio partido, porque están caídos, dejaron de ser de ser oposición al régimen y han colaborado con el régimen en diferentes coyunturas políticas.
Aunque lo nieguen, tienen broncas internas y sus grupos de presión también actúan y buscan espacios políticos.
Actualmente son pragmáticos y electoreros, por lo tanto desean y quieren ganar más territorio nacional en estos procesos que se avecinan. Requieren reconstruir sus fuerzas regionales y posicionarse nuevamente ante su electorado.
Si desean regresar al poder que ya tuvieron antes, necesitan hacer el triple de trabajo partidario, recuperar los lugares que antes gobernaban y saber que no será cosa fácil ante el PRI, un partido que se trasforma constantemente.
Tienen posibilidades de triunfo en Puebla y Veracruz, en este último acaban de hacer una alianza partidaria para derrotar al pésimo gobernador, Javier Duarte Ochoa.
En Tlaxcala su candidata crece y tiene posibilidades de competirle fuerte al gobernador priista. En los demás estados logrará ganar ayuntamientos y diputaciones.
Si el dirigente nacional panista, no muestra sus tamaños y demuestra su amplia capacidad de operación, estructura y organización electoral para todo el país en donde habrá elecciones, las condiciones para el disputar la presidencia en el 2018 se les complicará.
El PRD llega sumido en una grave crisis
Por lo que toca al PRD, una grave crisis política los ha atrapado en esta coyuntura previa a los comicios en las 13 entidades del país, su fuerza electoral se ha diluido y muestra signos de desgaste en varios estados.
Acaban de elegir a un nuevo dirigente nacional que tendrá que ponerse al día para conocer las entrañas del sol azteca.
Más aún para conocer cómo funciona y de qué manera opera en los comicios y saber en dónde se encuentran sus herramientas para ponerlo a funcionar.
Si no designan a los nuevos integrantes de su Comité Ejecutivo Nacional, el tiempo le ganará, si no apresuran sus negociaciones internas entre sus corrientes, nunca podrán empezar a trabajar sus secretarias de operación electoral.
En el calendario electoral tanto el PRI como el PAN le llevan ventaja, puesto que estos partidos no viven un conflicto partidario similar al sol azteca.
Tienen que definir su política de alianzas y más aún ratificar o rectificar sus acuerdos con Acción Nacional para Puebla; Oaxaca y Sinaloa. En Veracruz han afianzado una coalición con la misma lógica del 2010: se unen para sacar al PRI del gobierno local y luego qué sigue para la izquierda?
Si alguien piensa que los llamados “chuchos” se quedaron fuera del control del Partido de la Revolución Democrática, pues pensó mal, porque siguen teniendo fuerza interna y capacidad de decisión política. Lo mismo que otras corrientes conocidas como ADN o la de René Bejarano.
Siendo así, el único estado en donde posiblemente repitan su triunfo puede ser Oaxaca, porque en Tlaxcala solos no ganan y tampoco en los demás estados.
Hoy para esta fuerza de izquierda las cosas le pintan mal y es lamentable, ellos mismos son los responsables de sus graves errores. Solo competirán en algunos estados, en el norte es baja su presencia y en el sur sus fuerzas han disminuido. Lograran competir por ayuntamientos y algunas diputaciones locales.
Así las cosas llegaran con poca fuerza electoral, su presencia territorial se verá fragmentada y tendrán que hacer mucho trabajo para recuperarse pronto y ser un partido que influya en el 2018. Su otra alternativa que les quedará y tal vez la más peligros será hacer un frente con el PAN.
Morena tiene todo para crecer
Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, tienen todo para crecer, es la primera vez que participan en procesos comiciales locales y tienen hoy la oportunidad de mostrar su fuerza que tanto presumen.
Aunque cabe decir, que no son en estricto apego de ideas, un partido de izquierda, son nacionalistas y demócratas.
Si buscan competirle al PRD es un error, si le quieren quitar sus votos también será una tontería, porque el adversario de ellos (Morena) es el PRI y PAN juntos.
Es el proyecto económico que ambos encabezan y es el sistema político que los sostienen.
Si Morena quiere llegar con fuerza en el 2018 tiene que tener estrategia y una buena táctica política para enfrentar los comicios ene locales en el 2016.
Más allá de sus buenos o malos candidatos, tienen que posicionarse como partido entre el imaginario colectivo de todo el territorio nacional y tiene que demostrar que su proyecto es la única alternativa viable para el México de hoy.
Tienen que demostrar sus ideas, que el programa es primero y aprovechar la los comicios para posicionarse en el norte y el sur del país.
Si en el 2016 les gana su purismo y su sectarismo fracasarán, si excluyen y se convierten en los únicos poseedores de la verdad absoluta dejarán de ser opción para miles de ciudadanos.
Tiene que incluir y dialogar con muchos. En estos momentos en ningún estado tiene posibilidades de ganar una gubernatura, pero si, de avanzar a grandes pasos.
Conclusión
En el 2016 todos medirán sus fuerzas, todos buscaran el poder y todos quieren posicionarse rumbo al 2018. De igual forma los grupos de poder y sus élites partidarias sufrirán reacomodos y muchos seguirán trabajando para la anhelada sucesión.