Debo confesar que apenas he empezado a leer y hojear algunas de las 26 ediciones que ha publicado la UNAM sobre lo que pensamos los mexicanos acerca de los diferentes temas nacionales, de verdad que son interesantes los datos y las interpretaciones sobre lo que sucede en el país. 
Aunque leerlos en una tablet o la pantalla de alguna computadora no me gusta, creo que es más disfrutable con el libro en manos.
Dice el texto de presentación sobre las 25 encuestas de los temas nacionales que aplico el Área de Investigación Aplicada y Opinión del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ): “En México, la mayor desventaja de ser indígena es la discriminación, seguida de la marginación y la pobreza. En caso de migrar, los mexicanos extrañarían más a la familia y a la comida, por encima de los amigos. En el país, 80 por ciento de la gente usa transporte público que es, en general, el peor calificado: sucio, incómodo, lento, inseguro y caro; incluso, quienes utilizan el de tracción animal, como burro o caballo, lo califican mejor que al primero”.
“La colección Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales, que recoge las voces de la sociedad es interpretada por especialistas de la UNAM para obtener una visión integral de las transformaciones de la nación al inicio del siglo XXI. El público puede consultar todos los textos en la página www.losmexicanos.unam.mx.”  Los mexicanos vistos por sí mismos…., sintetiza los resultados sobre pobreza, economía y empleo, educación, salud y familia, así como niños, adolescentes y jóvenes, procesos de envejecimiento, género, indígenas y migración. También tratan temas como identidad nacional y valores, religión, laicidad, cultura, lectura y deporte entre otros.
Ahora bien, solo tratare de escribir sobre alguno de los temas de los muchos que hay en un país tan diverso, plural, multiculural y con hábitos y costumbres muy arraigadas. 
Sobre todo por el llamado tejido social, tema del nos hablan los sociólogos en muchas de la veces y cuando se presentan movimientos sociales emergentes.
Lo que observo es que la gente en México se siente medio bien, no muy bien, tampoco está del todo satisfecha con lo que sucede y hace el gobierno. 
Por ejemplo: entre los extractos sociales de la juventud, estos desean muchas cosas, ambicionan progresar y tener todo, pero sin hacer nada y sin ningún compromiso social.
A los chavos del milenio o nacido en los años 80, solo les interesa su propio entorno y lograr sus aspiraciones, lo demás pasa a un tercer término, lo mismo que los temas políticos que les son ajenos, los rechaza y solo actúan cuando piensan que hubo abusos de alguna autoridad o cuando se sienten ellos mismos lastimados en sus derechos.

Sobre la corrupción 

Por otro lado, la interpretación que tenemos los mexicanos sobre la corrupción es muy extraña, la conocemos y nunca hemos hecho nada por erradicarla, en la Encuesta Nacional de Corrupción y Legalidad (2015), un 92 por ciento asegura que si hay corrupción en México. Y consideran que la inseguridad, la corrupción y el narcotráfico son los  grandes problemas nacionales. 
Los sectores que están más claros de que la corrupción es el mayor problema que enfrentamos, son los que tienen una formación universitaria y de posgrado y los que menos opinan acerca de ella, son los que no tienen ningún nivel de escolaridad. 
De igual forma, los medios de comunicaciónjuegan un papel importante para que la sociedad se entere de algún acto de corrupción, así sucedió con uno de los temas más vistos por televisión: primero fue el escándalo por las propiedades de la esposa del presidente, (la casa blanca), después apareció el tema de los normalistas de Ayotzinapa. 
Cabe señalar que muchos piensan que la corrupción no tiene posibilidades de ser erradicada y que tampoco se hacen los esfuerzos para combatirla.
Entre los jóvenes la percepción es mayor de que es imposible terminar con la corrupción y tampoco avizoran algunas alternativas para su solución, como sería la cultura de la legalidad y la transparencia. La gente la rechaza pero al mismo tiempo la acepta, por lo mismo la cultura de los valores como la honestidad, quedan rebasados.
Aquí podemos hacer un paréntesis para subrayar que este tema de la corrupción como muchos otros grandes problemas nacionales, tienen que ver con la educación, sin está, el país no podrá salir adelante, sin más recursos para la educación será imposible erradicar uno de los temas como el antes mencionado. Bajo la sombra de la educación también se cubre un asunto importante, que es el tema de la lectura entre nosotros.

Sobre los hábitos de lectura

Según la Encuesta Nacional de Lectura y Escritura 2015, los mexicanos leemos en promedio 5.3 libros al año. De esos libros leídos al año 3.5 por ciento son por gusto del lector y 1.8 %es por obligación escolar o laboral.  
Si nos comparamos con otros países de América Latina como Chile y Uruguay nuestros hábitos por la lectura son muy bajos. Esto no puede ser aceptable en México, con más de 100 millones de habitantes y con una mayoría de jóvenes.
También nos damos cuenta que los chavos no hacen nada por incrementar sus hábitos de lectura, bueno ni con las llamadas herramientas tecnológicas, puesto que solo las usan para copiar y pegar a pesar de que las redes y los medios digitales son los que más preferencia tienen entre ellos.
Los maestros siguen siendo por encima de los padres los que impulsan a los estudiantes a leer un libro. 
En Finlandia se lee un promedio de 47 libros al año, en España 10.3 y Portugal 8.5 libros.
Dice la encuesta: ¿qué leen los que leen? Libros 57.3 %; redes sociales 44.9 %; revistas 38 %; periódicos 55 %; sitios web 25.2 %; historietas o comics 16.6 % y blogs 13.4 %.
¿Cómo lee el que lee? Libros impreso 86 %; periódico 96 %; webs y blogs 36 %; redes sociales a diario 54 %.
¿Cómo consigue los libros el lee? Comprados 59.1 %; prestados 40.65 %; regalados 46.2 %; bibliotecas o salas de lectura 15.95 %. 
¿Por qué leen los leen? Entretenimiento 44.3 %, trabajo 11.2%; escuela 30.5 %; informarse 10.9%; por leer a los hijos 11.8 %.
Por qué no leen los que no leen? Falta de tiempo 79.9 %; flojera 21.3 %; no gusta 14.6 %; prefiere otras actividades 12.3 %; cansancio 11.5 %.
 A lo anterior hay que sumarle que las bibliotecas han dejado de funcionar para muchos y que en el país habrá una por mil habitantes y eso es mucho.
Se están dedicando más recursos públicos para la reforma educativa que para apoyar a la educación media y superior y con ello a fomentar la lectura. 

Pobreza y educación

Por supuesto que la pobreza también se entrelaza con la educación, un país empieza abandonar sus rezagos sociales cuando sus índices educativos crecen entre su población, porque salen de la marginación social. 
Uno de estos libros habla sobre las percepciones, pobreza y desigualdad, subrayando lo siguiente: la gente piensa que ser pobre es por no tener de comer, otros consideran que ser pobre es no tener empleo y que la falta de recursos evita salir adelante. Llama la atención que unos digan que ser pobre es porque no trabajan lo suficiente y que ser pobre es por gracia divina de Dios, por mala suerte o porque siempre en el mundo ha habido pobres y ricos.
También menciona que para acabar con la pobreza se requieren más empleos y mejores salarios. Un dato interesante es que los padresde familia tienen miedo del futuro, puesto que su principal temor es que dentro de los próximos 10 años es no contar con un empleo.
Satisfacción, felicidad, empleo, informalidad, bienestar, desarrollo social, crecimiento económico, políticas sociales, formas de gobierno, injusticias, desigualdad, reparto justo de la riqueza, acumulación del capital, educación y salud son algunas de las variables de la pobreza. 
Cabría señalar aquí que el tema de la satisfacción es mayor entre los jóvenes y los que mayor educación tienen, puesto que tener buenos ingresos y estabilidad laboral les permite un buen estatus socioeconómico y los significados que le dan a un trabajo, no necesariamente tiene que ver como una fuente de ingresos.
Sin embargo los jóvenes y los sectores educados quieren consumir más y sentirse más satisfechos, mientras que las clases bajas buscan y quieren tener un trabajo seguro y las familias creen que a sus hijos les ira mejor en el futuro. Pero la pobreza, la marginación y la extrema pobreza siguen presentes en México y no ha habido política pública alguna que la haya resuelto, en un país que no encuentra su camino para el desarrollo y el progreso.

Rumbo a una nueva agenda nacional

Hay más temas que nos dejan ver no solo lo que piensan los mexicanos, sino para donde hay que caminar, de ver las lecturas pendientes y construir una nueva agenda nacional para un país que necesita salir de su crisis actual.
Ser indígena en México, raíces y derechos; la otra brecha digital; la sociedad de la información y el conocimiento; la sociedad mexicana y los derechos humanos; entre un buen arreglo y un mal pleito; el déficit de la democracia en México; la familia en siglo XXI; educación y las paradojas de un sistema excluyente entre otros temas, son lo que viene en los 26 libros que acaba de editar la UNAM.
Eso de que los mexicanos somos albureros; machos; cabrones; cuenteros; borrachos; chismosos; inventores y demás es cierto. Pero también lo que estamos pensando los mexicanos tiene que ver con los grandes problemas nacionales, las percepciones e interpretaciones que tenemos sobre el país. Un tema que los políticos, los partidos y quienes tienen poder desconocen, porque nunca han escuchado a la sociedad y solo se escuchan así mismos.