Que gran y enorme gusto da ver el cheque que aquí reproducimos por 300 mil euros, algo así como 6 millones de pesos, producto de las actuaciones que Manuel Díaz “El Cordobés” dedicó a beneficio de los Bancos de Alimentos para personas necesitadas.

Por supuesto que cabe preguntar: ¿En qué otra actividad de tipo artístico, cultural, popular, se ven estas actitudes tan encomiables? La pregunta es para los antis…

Bien vale un brindis por el greñudo hijo de aquel otro, recién premiado también con la Medalla de Bellas Artes que otorga el Consejo de Ministros del sector cultural y de las artes de España.

¡Va el brindis y toca hacerlo con unas copas de vino “Habla de ti”y “Habla del silencio”. Caldos que acaban de ser elegidos por la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino, AEPEV, el “Habla de ti” como mejor vino blanco sin madera y el “Habla del silencio” que se produce en bodegas “Habla” localidad cacereña de Trujillo como mejor vino tinto, siendo este el del silencio, reconocido como el mejor vino de España, en todas las categorías. Pues en horagüena y ¡Salud!

Después de estas gratas noticias, pasamos a la página roja; la de los atracos y robos, como viene sucediendo en la Plaza Cumpleañera. Tal como ocurrió a plaza casi llena, a plena luz del día donde el señor del biombo de nombre Gilberto Ruiz Torres, matador en retiro, muy probablemente afectado de manera grave por la amargura y rencor de él no haber podido llegar a donde otros coletudos llegan, le ha robado los trofeos de un gran triunfo a Julián López. “Robo”, “Ladrón”, “Hurto”, han sido los términos utilizados por la prensa y portales taurinos para describir lo ocurrido.

De “bipolar”muchos han calificado ya su gris personalidad que no le permitió avanzar más en su carrera de coletudo.

Cierto, bien puede ser catalogado de “Bipolar” por su actuaciones en altas y bajas, por ello a veces peca de excesivamente bondadoso, al regalar orejas sin ton ni son, de ahí el sobre nombre que le han puesto; “El GüenGilber”

Pero lo que más llama la atención y prefiero usar estos términos: la “desfachatez”, “cinismo”, “desvergüenza”, para describir los rostros con los que él trata de disimular la cruda que cotidianamente le agobia.

Y al día siguiente vienen las declaraciones que bien podrán quedar escritas en la “Historia del Cinismo en los toros” si algún día se escribe ese texto: “Me equivoqué”, reconoció. Dentro de su incoherencia, declara: “Desde donde estaba vimos la estocada como un bajonazo…” (En la plaza México el palco del Juez siempre ha estado ahí y nunca ha dado lugar a ese tipo de errores).

“…luego me dijeron que la estocada está caída. No había en ese momento interlocución con el callejón, no se escuchaban y nadie pudo decirme nada…!!!”. Luego se tira de clavado en su desconcierto y dice: “luego el derrame en el toro y entonces juzgue en no premiar la faena…”

Entonces, ¿Este señor juzga por separado faena y suerte de matar? Pues qué, ¿No son un todo?

Pero bien vale ir a la explicación técnico anatómica, sobre todo ante tanto parlachín sabihondo que ha aparecido publicando incluso erróneas ilustraciones de estocadas defectuosas. En el toro, el lugar donde se encuentra el corazón es prácticamente inaccesible a ser lesionado por una estocada en la dirección y por el sitio de penetración de la espada en la forma en que se efectúa la suerte de matar. De ahí que los estoques, de acero hechos se les modifica de la forma recta de espada, a una curvatura en el cuarto distal, su afilada punta; lo que se llama “La Muerte” del estoque, para tratar así de llegar al corazón del burel. En una estocada certera, cuando el toro cae de inmediato, fulminado, en el argot se dice que “le partió la yema”, en similitud a lo que ocurre cuando con la punta del cuchillo de mesa partimos la yema del huevo, y vemos la derrama de la sustancia amarilla. Así pasacon el toro, y a veces al lesionarse el tronco arterial a su salida del corazón, se corta de inmediato la circulación al cerebro, perdiendo el toro el equilibrio y rodando patas “arriba”, al vencerle su propio peso. Puede ocurrir entonces una hemorragia masiva y veremos entonces derrame, hemorragia por el hocico del toro. Eso, eso exactamente fue lo que ocurrió por la estocada, ejecutada a carta cabal y con mucha verdad torera por “El Juli”.

Cuando la estocada es un bajonazo, lo que se hiere es directamente el pulmón; se lesiona la pleura y entonces si vamos a ver una hemorragia, muriendo el toro ahogado por su propia sangre, cosa que no debe ocurrir, no debe permitirse y menos premiarse; pero la del domingo ¡Nunca fue bajonazo”. Estaba sí, desprendida, y el Juez lo reconoce cuando dice: “Me dijeron que estaba caída”

Y, termina rubricando si cinismo, su ridiculez con un: “Me equivoque en no hacerle caso al público”. En conclusión: Para él resulta más importante lo que le dicen por teléfono (que en este caso no pudo escuchar) o lo que le dictan desde el callejón que lo que ordenan 30 mil pañuelos blancos hondeando. ¡Vaya tipo!

Al concluir de escribir estas líneas se publica la sanción de la Delegación Benito Juárez, sujeta todavía a consulta con la Comisión Taurina, ambas del D.F., al “buen Gilber” lo castigan… ¡Mandándolo a descanso!

 

Que gran gusto da ver un cheque por 300 mil euros, donativo, aportación de Manuel Díaz “El Cordobés” producto de sus actuaciones a beneficio de los Bancos de Alimentos.

 

De esta manera, con sobriedady el reposo que se alcanza con la maestría y madurez ha toreado Julián López.

 

Volcándose materialmente sobre el morrillo del negro, bragado, girón encinchado y calcetero de “Monte Cristo”, “El Juli” ha sufrido el robo de al menos un par de trofeos.

 

A descanso manan al “buen Gilber” que no pudio escuchar las instrucciones por teléfono.