A pesar de las constantes denuncias de abusos laborales en la Comisión de Derechos Humanos (CDH) Puebla, los despidos injustificados no cesan.
La voracidad o paranoia del presidente del organismo, Adolfo López Badillo, sigue a flor de piel.
Ahora la víctima del señor López fue Manuel Morales Herrera, quien ya ha presentado su demanda ante el Tribunal de Arbitraje.
Incluso, el Colectivo Especializado en Derechos Humanos AC lo va a representar.
Manuel Morales era el visitador adscrito a Secretaría Técnica, cuyo titular, José Víctor Juárez Vázquez, también fue cesado hace unos días.
Lo peor es que la CDH de Puebla tiene varias demandas laborales en su contra.
Con esta suman por lo menos ocho, de las que se saben.
Lo más seguro es que el señor López coseche las demandas con derrotas y tenga que pagar en uno o dos años salarios caídos, en medio de una situación económica complicada.
Pero como es el Todopoderoso de la CDH, despide a quien quiere, y es que al parecer aprovecha que no hay consejo consultivo.
Hasta el momento ni al señor López ni al Congreso del Estado le interesa formar el consejo consultivo, que es el ente que valida las acciones al interior de la CDH.
Por lo tanto, el señor López no tiene a quién rendirle cuentas.
El Congreso ya debió haber emitido una convocatoria, luego de que terminaron en diciembre los anteriores consejeros, pero es la fecha que no se publica.
De este modo, salieron por la puerta trasera y de puntitas, Wilma Julián Ruiz, Fausto Gutiérrez Díaz (los dos excompañeros del señor López en la Libre de Derecho) Jean Paulo Ambrogi Domínguez (nunca asistió) Erika Hernández Ayotla y Miguel Ángel Moreno Vieyra, amigos del ombudsman.
Pero eso no es todo, tampoco el Todopoderoso de la CDH ha dado su informe de labores.
¿Será porque el último fue a puerta cerrada, sin medios de comunicación y como auditorio a los alumnos del Colegio Minimalista de Ciencias Penales (Comcipe)?
A lo mejor ya hasta lo hizo y ni nos hemos enterado.
Normalmente los informes se hacen en febrero, pero en 2015 huyó de los medios de comunicación y de protestas de alguna ONG, por lo cual de último minuto cambió fecha y hora.
Al final mandó a traer a alumnos del Comcipe con la promesa de un diploma, que nunca se les entregó, por cierto.
Ufff, de pena ajena, al menos les hubiera dado el diplomita.

Veo, no digo
La llegada de Mario Marín Torres a los distintos informes de gobierno ha puesto nerviosos a más de dos.
Y eso que no pronuncia una sola palabra.
Apenas en el primer informe de labores del presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) municipal, Pepe Chedraui, entró el exgobernador partiendo plaza.
Para hacer la labor periodística, me acerqué para poder entrevistarlo.
Luego de un saludo cordial, simplemente me dijo, palabras más, palabras menos.
“Me pidieron no hablar, no puedo”.
Al insistirle que solo diera unas palabras, sentenció, “no me dejan hablar, en verdad muchas gracias, pero tú entiendes, no quiero hacer sombra”.
Esas cortas frases dan mucho qué pensar y muchas preguntas más surgen.
En tanto, nadie le saca una sola palabra al exgobernador, al menos de forma pública.
Por cierto, el saludo cordial distó mucho de los codazos y empujones que recibimos cuando era mandatario.
Ahí queda para el anecdotario.