Uno de los compromisos de campaña de Rafael Moreno Valle en 2010 fue la creación de las llamadas Ciudades Rurales, en ese entonces subrayaba la necesidad de concentrar a la gente en centros de población y prácticamente bajarla de los cerros.
La promesa quedó plasmada en las páginas 180 y 181 del Plan Estatal de Desarrollo (PED) y en abril de 2011 se anunció con bombo y platillo el arranque del programa. Moreno Valle destinó 200 millones de pesos para convertir la junta auxiliar de San Miguel Tenextatiloyan, ubicada en el municipio de Zautla, en la primera Ciudad Rural y adelantó que para 2015 Puebla contaría con 14 más.
Pero hubo un detalle que el Señor de Los Cerros omitió hace cinco años. Se le olvidó informar a los poblanos que las Ciudades Rurales solo servirían como fachada para limpiar los terrenos y permitir la explotación minera e instalación de hidroeléctricas.
A la fecha, la administración morenovallista autorizó 90 proyectos mineros y 80 hidroeléctricas; de las prometidas Ciudades Rurales que dijo acercarían los servicios a los habitantes de la Sierra, ninguna se concretó.
Solo la presión ciudadana ha evitado que se echen a andar los proyectos que llevarían a la destrucción de la Sierra Norte.
Con la tragedia de la última semana, ya se vio que la tala indiscriminada cobra vidas cuando las lluvias no tienen dónde contenerse en zonas deforestadas.
En la tragedia de la Sierra Norte —que ya cobró 37 muertos—, se ha querido culpar a las autoridades municipales por la falta de Atlas de Riesgo actualizados, pero lo cierto es que si existieran esos documentos se habrían negado los permisos para los llamados proyectos de muerte que ya autorizó el gobernador.
Un atlas señalaría dónde ya no puede haber tala, extracción de agua, construcciones, en conjunto, impediría un jugoso negocio al morenovallismo.
No se trata de una o dos hectáreas para poner un mega Oxxo; para el proyecto de La Espejera se avaló una supuesta concesión para exploración de más de 10 mil hectáreas y se contempla un lote ubicado en las montañas de la Sierra Norte comprendiendo el municipio de Tetela de Ocampo.
En Ixtacamaxtitlán se autorizó a una empresa canadiense un proyecto para explotar 135 mil hectáreas para la minería a cielo abierto, pese a que se trata de una de las principales cuencas de la Sierra Norte de Puebla.
Estas son las rentables ideotas que se le ocurren al Señor de Los Cerros, quien quería llevar a Guetos a los habitantes serranos, concentrarlos en jacalones techados con lámina metálica, y que se convirtieran en empleados de las minas, así es la visión de quien tiene sueños presidenciales.