Tras cumplirse más de 24 horas de la ejecución de un agente de la Procuraduría General de la República (PGR), ‎adscrito al área de cumplimiento de órdenes de aprehensión de delitos de alto impacto y el levantón de uno de sus compañeros, el gobierno de Puebla, a través tanto de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP), como de la Fiscalía General del Estado (FGE), han guardado absoluto silencio, pese a que la ejecución y secuestro ocurrieron en territorio poblano, en Santiago Alseseca, junta auxiliar del municipio de Tecamachalco.

Le aseguro al lector que a este gobierno le preocupa más saber a quiénes iban a aprehender los dos agentes atacados, que lo que les pasó al ser emboscados por un grupo de hombres armados.

Y es que, de acuerdo con la presencia de los dos agentes federales en Tecamachalco, es ahí donde estarían ocultos u operando los cabecillas principales de la red de ladrones de hidrocarburo.

Hay que recordar que semanas antes de esta ejecución, personal de la Secretaría de Marina ingresó a la zona del "Triángulo Rojo" para llevarse detenidos al menos a dos capos de este grupo de delincuentes que han calentado una zona que abarca cinco municipios donde el robo a ductos de Pemex es una constante.

Los federales llegaron a buscar y aprehender a alguno de los principales personajes de esta felonía federal y fueron emboscados.

Por la forma como opera la PGR para realizar este tipo de aprehensiones, donde no reportan a ninguna corporación de policía su presencia, se presume que pudieron haber sido detectados por los grupos de halcones que tienen su centro de operaciones en diversos puntos de Tecamachalco o por las más de 40 cámaras de seguridad del municipio.

Y es que nadie descarta que alguna corporación policiaca, como la del municipio, haya filtrado el reporte de la presencia de los federales y del silencio con el que estaban operando.

Alguien debió haberlos visto recorriendo calles para ubicar a su objetivo.

Y también nadie descarta que la Policía Municipal de Tecamachalco pueda estar implicada en la protección a estas bandas delictivas.

Solo así se puede explicar que durante las noches, todos los días, circulen por las calles de Tecamachalco más de 80 camionetas que transportan hidrocarburo robado y que muchas de ellas llevan como dirección las bodegas de San Mateo Tlaixpan, la tierra de don Saturnino López, presidente municipal de Tecamachalco.

De hecho, el rumor que corre entre los habitantes de Tecamachalco es que por cada camioneta o vehículo que circula con hidrocarburo robado, alguien de este Ayuntamiento gana mil pesos.

Y no hay que ser un genio para descubrir quiénes están implicados.

Y nada más le comento que un presidente que sí fue amenazado y que no estaría implicado es el de Quecholac.

Nos vemos cuando nos veamos.