Cerca de las 17 horas del martes, un grupo de sicarios ingresó a un restaurante que se ubica en la comunidad de Agua Fría, en la zona de Xicotepec de Juárez, y disparó contra los hermanos Alejandro y Marco Antonio, de apellidos Hernández Martínez, quienes tenían 17 y 20 años de edad, respectivamente, y eran conocidos en la región como Los Becerritos.
Al parecer, la intención de los homicidas era robarles un vehículo Camaro de reciente modelo que andaban estrenando.
Alejandro murió en el lugar de los hechos, mientras que Marco Antonio falleció cinco horas después en el Hospital General de Villa Lázaro Cárdenas.
Los jóvenes ejecutados eran hijos de Alejandro Hernández Amador, (a) El Becerro, asesinado a balazos en enero de 2009, cuando comía tacos en un negocio de la carretera México-Tuxpan, en el tramo de Villa Ávila Camacho, La Ceiba.
La mamá de los hoy occisos es Martha Lorena Martínez, quien en julio fue detenida o levantada por presuntos policías y hasta el momento sus familiares ignoran su paradero.
Los occisos son sobrinos de Carlos Guillermo Gómez Amador, notario público número 1 de Xicotepec de Juárez.
Al quedar materialmente huérfanos de padre y madre, los dos hermanos quedaron como propietarios y al frente de un rancho ganadero de grandes extensiones territoriales, por donde pasan ductos de Pemex.
Dichas tierras les eran disputadas a los dos hermanos incluso por familiares.
Hoy, ambos están muertos, fueron asesinados en forma violenta.
Tras la agresión con arma de fuego, al lugar acudieron elementos de diversas corporaciones policiacas, incluso federales, que no hicieron otra cosa más que pasearse, porque los homicidas habían escapado.
Personal de auxilio médico llegó al restaurante; a uno de los hermanos se lo llevaron de inmediato, del segundo reportaron que ya había fallecido.
Personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) llegó al lugar para realizar las primeras investigaciones, enterándose que nadie vio nada, nadie supo nada y nadie escuchó nada.
Lo que más extraña es que a la familia de los jóvenes asesinados parece no importarle lo sucedido.
Pasaban de las 15 horas del miércoles, un día después del crimen, y los cuerpos no habían sido reclamados.
¿Por qué?
Nos vemos cuando nos veamos
Los Becerritos.